Miguel Caballero / @doncabitos
Dice uno de los clichés más importantes y sonados del fútbol mundial que el tren del Real Madrid sólo pasa una vez en la vida.
A lo largo de la historia, un sinfín de futbolistas fueron testigos de ello: coquetearon, se dejaron querer, se ilusionaron con ello, dudaron y, al final de cuentas, se quedaron viendo de lejos el estadio Santiago Bernabéu con todas sus Copas de Europa ahí dentro.
Sin embargo, también se suele decir que hay futbolistas a los cuales vale la pena esperar, insistir por ellos, darles una segunda oportunidad; y uno de ellos es, sin lugar a dudas, el francés Kylian Mbappé.
Cuando pensamos que lo sucedido el año pasado era una novela que había llegado a su final, el verano de este 2023 apunta a ser un capítulo más que recargado; la continuación de un cúmulo de rumores, portadas, exclusivas y muchas cosas más alrededor de la figura del, para muchos, heredero al trono que han dejado Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Con una Copa del Mundo en la espalda –la segunda se quedó a un suspiro, entre otras muchas cosas más –, Mbappé se ha percatado que para mantener el nivel y aspirar a ser uno de los mejores de la historia, no basta con ser el mejor jugador de una plantilla con excelso nivel, pero sin ese gen competitivo que lo ponga en “los cuernos de la luna”.
Por su parte, el Real Madrid, que tan de buena manera ha soportado la salida de Cristiano, le ha llegado el momento de dar el golpe de autoridad en el mercado de fichajes para rubricar la exitosa gestión en la que se ha hecho de futbolistas como Vinicius, Rodrygo, Camavinga, Tchouameni y ahora Bellingham, para volver a dominar Europa.
El madridismo se divide entre el amar y el querer. Nunca ha sido tan fácil y difícil a la vez, someterse a los deseos, caprichos y logros –aún imaginarios –del aún delantero del Paris Saint-Germain, quien parece haberse cansado de ver figuras y entrenadores fallidos desfilar por el vestidor de su club actual, sin el mínimo chance de competir realmente y bañarse de la gloria europea.
Florentino Pérez ha sido el hombre que ha llevado al vestidor merengue a jugadores como Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema, Luka Modric, Gareth Bale, entre otras figuras mundiales de la pelota, y parece que, como distintivo final de su maravilloso legado, bordará el nombre de Mbappé en los museos de Chamartín.
En algún momento, fue el mismo Florentino quien bautizó al Real Madrid como la “máquina de cumplir sueños”.
Que levante la mano aquel madridista que, al menos una vez, no ha soñado con ver nuevamente un Bernabéu repleto –como hace 14 años, con un portugués que llegó para convertirse en el mejor de la historia –para conocer a su nuevo “9”.
A lo lejos, o tal vez ya no tanto, el tren comienza a escucharse, otra vez. Es el momento. No hay más.
@doncabitos
