Ecosistema Digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares
Como era de esperarse, con el uso masificador de la Inteligencia Artificial (IA) y la Inteligencia Generativa (IAG), el ámbito legal con respecto de la tecnología se encuentra en constante reconfiguración. Como alguna vez me dijo un doctor: “desafortunadamente la ley siempre irá un paso atrás de las dinámicas sociales” (en este caso sociotecnológicas).
El mismo ChatGPT admite que basado en su conocimiento en 2021, la IAG transformó diversas industrias incluida la legal, rescatando algunas ideas como en el análisis de jurisprudencia: “La IA generativa puede ayudar a los abogados a analizar grandes volúmenes de jurisprudencia y decisiones legales para identificar patrones y tendencias. Esto podría ser especialmente útil para establecer estrategias legales sólidas y predecir resultados en casos similares.”
También en el asesoramiento legal automatizado: “Plataformas de asesoramiento legal basadas en IA podrían brindar respuestas a preguntas legales básicas y proporcionar orientación sobre cuestiones legales comunes. Esto podría ser útil para personas y pequeñas empresas que necesitan información legal accesible.”
Con respecto de la resolución alternativa de disputas: “La IA generativa podría ser utilizada para desarrollar soluciones creativas y alternativas en la resolución de disputas, ayudando a las partes a llegar a acuerdos más rápidamente y reduciendo la necesidad de litigios prolongados.”
Finalmente, la predicción de resultados legales: “Utilizando datos históricos y patrones, la inteligencia artificial generativa podría ayudar a predecir resultados en casos legales. Esto podría asistir en la toma de decisiones informadas por parte de abogados y clientes.”
Aunque la IAG nos brinca resultados en cambios de procesos basados más bien en innovación tecnológica, que por supuesto sirven traerlos a la memoria; y que recientemente expertos afirmaron que los beneficios potenciales de la IA y IAG se extienden tanto a las operaciones internas, como a las experiencias de los clientes dentro del mercado de tecnología legal, concretamente de Europa.
Desde el mes de junio, recordemos que Europa fue noticia al realizar los primeros esfuerzos por convertir la Inteligencia Artificial en una tecnología regulada. En aquel entonces, la Eurocámara aprobó negociar la primera ley sobre la IA del mundo para desarrollar su potencial, y al mismo tiempo; controlar sus riesgos.
La máxima preocupación del Parlamento radica en asegurar que los sistemas de IA empleados en la Unión Europea sean seguros, transparentes, rastreables, no discriminatorios y respetuosos con el entorno. Se busca que la supervisión de dichos sistemas recaiga en individuos en lugar de automatizaciones, con el propósito de evitar consecuencias adversas. Adicionalmente, el Parlamento se mostró abierto a buscar implementar una definición coherente y tecnológicamente imparcial de la IA que pueda ser aplicada a venideros sistemas de Inteligencia Artificial.
La reciente regulación impone responsabilidades tanto a los proveedores como a los usuarios, según el grado de riesgo asociado con la IA. Aunque numerosos sistemas de IA conllevan un riesgo mínimo, es imperativo evaluar la totalidad de ellos.
Ecosistema Digital
Carlos Miguel Ramos Linares
@cm_ramoslinares