Muerte de un ciclista

Muerte de un ciclista
Carlos Miguel Ramos Linares
Ecosistema Digital

Ecosistema Digital escribe Carlos Miguel Ramos 

Los “hate crimes” son la representación de sujetos delictivos en los que el móvil es causa de la intolerancia hacia el diferente. Se caracterizan por una extrema brutalidad derivada de un efecto estigmatizador en la víctima, que unido a un impacto emocional; produce consecuencias aún superiores a las que genera las víctimas de crímenes comunes. 

A cualquier tipo de delito impulsado por el odio, lleva aparejado un mensaje de alarma hacia el resto de los miembros de la sociedad a la que pertenece la víctima. Un mensaje intrinceso de intimidación.

En la década de los noventa, los delitos de odio, además de analizarse como un fenómeno reciente que se asociaba con la historia. Se identificaban la persecución a cristianos en el imperio romano, la solución final por los nazis, la limpieza étnica en Bosnia. En Estados Unidos, el término “hate crime” se utiliza para describir un ataque de un blanco hacia un afroamericano. Por su parte, en países como Francia, Reino Unido o Alemanía es conocido como "violencia de extrama derecha” y “violencia xenofóbica”.

Existen diferentes estudios sobre el crimen de odio, pero en esta ocasión destacamos el del Bureau of Justice Assistence (BJA) que categoriza a los delitos de odio como crimenes que manifiestan evidencias o prejuicios basados en la raza, religión, orientación sexual, origen étnico, incluyendo en su caso asesinatos, homicidios no negligentes, violaciones forzadas, asaltos agravados, simples, incendios intencionados, intimidaciones y la destrucción.

Otras instituciones de justicia promueven el témino “bias cirme” que se trata de crímenes motivados por prejuicio, en vez del concepto de delitos de odio, tecnicismo que asegura la homogeneidad en los informes relacionados con los “hate crime”. Existen numerosos tipos de prejuicios, algunos basados en religión, raza, discapacidad u orientación sexual, nacional o étnica. Pero también otros prejuicios dirigidos contra gente pobre con aspectos como vestimenta, corte de cabello, tatuajes, personas con enfermedades tales como SIDA, etcétera. 

La mutación conceptual de los delitos de odios tiende a ampliarse en el rango de reconocimiento posiblemente porque al igual que el crimen, el odio también muta, así lo apuntala Goodey en sus análisis. 

La tarde de un domingo de recreación y apropiación de espacio público, que tiene la finalidad de concientizar a quienes se trasladan por las vías menos productivas y más contaminantes, un sujeto impulsado por un claro prejuicio a lo diferente, irrumpió en la Vía Recreativa Metropolitana de Puebla, a bordo de una camioneta a toda velocidad, recorrió más de 800 metros con pedal a fondo embistiendo a su paso a tres personas y asesinando a una de ellas.

Sin duda la respuesta de estos actos deriva de un complejo análisis con consecuencias penales, pero también sociales. El crimen de odio se destaca por conductas criminales motivadas por ideas preconcebidas y focalizadas más en la psicología del criminal que en la propia conducta criminal. 

“La calle es de todxs” 

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Carlos Miguel Ramos Linares

@cm_ramoslinares

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