Éramos felices y no lo sabíamos

Éramos felices y no lo sabíamos
Alfredo González
Pan y circo

Pan y circo escribe Alfredo González

En apenas mes y medio todo se ha derrumbado, las ilusiones se han ido, la conexión se ha perdido, la identidad está extraviada, queremos que el torneo acabe, buscamos culpables por todos lados, pedimos que le den chance a los chavos y cuando juegan los reventamos. La casa es un desastre. Hace apenas un año éramos felices y no lo sabíamos.

En Febrero-Marzo de 2022 Puebla se volvía a levantar de las cenizas por las desbandadas, por las ventas inesperadas y nuevamente era el animador y el equipo que mejor jugaba en la Liga MX. Éramos felices y no lo sabíamos. Después de años grises, de descenso, de proyectos sin pies ni cabeza, se había dado en el clavo. La Franja volvía ser respetada, salieron a relucir esos nombres que la hicieron histórica, se comparaba el rendimiento de la Larcamoneta con aquellos campeonísimos. Éramos felices y no lo sabíamos.

Nos dejamos ir como hilo de media con tanta felicidad. La semifinal ante Santos Laguna la tomábamos como una aventura inesperada pero al final maravillosa. Luego vino otro torneo de 24 puntos y el proyecto ya tomaba tintes de “¿te cae que Puebla volvió a clasificar?”. Llegó ese partido del 3-1 en el Azteca frente a Cruz Azul y el equipo volaba. Ser campeón había dejado de ser una ilusión para convertirse en realidad. Éramos felices y no lo sabíamos.

Yo sigo insistiendo que ahí algo se rompió. Quizás metimos tanta felicidad en un jarrito que terminó por reventar. Desde esa fecha, Puebla no volvió a jugar igual, es como si el futbol lo hubieran dejado extraviado en el Coloso de Santa Úrsula. Terminó el torneo fuera de los 4 primeros, con tres derrotas consecutivas, muchas dudas pero la ilusión estaba intacta, “nos volveremos a levantar”, aseguraba el enfranjado.

Pero eso jamás sucedió. Vino un torneo de empatitis y goleada ante América, la salida de Larcamón, la venta de jugadores, la nula inversión. Solo Eduardo Arce podía tomar semejante proyecto y ahora queremos correrlo como si fuera el único culpable de la situación. Arce no se irá, la directiva no quiere pagar el finiquito y la prioridad sigue siendo ‘sanear finanzas’ y hacer malabares con los refuerzos. No nos engañemos, las finanzas ya están, ya se vendió todo lo que se podía, ya solo falta Búfalo Poblete o el mismísimo More. De ahí no queda más a lo que se le pueda sacar melones verdes. Éramos felices y no lo sabíamos.

 

Por Alfredo González

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