Paciencia agotada

Paciencia agotada
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes

El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal

La rueda de prensa que ofrecieron Eduardo Arce y Carlos Poblete el viernes pasado fue un llamado a la paciencia por parte de la afición poblana, ambos manejaron argumentos, Poblete Jofre fue claro al hablar del modelo de negocio porque “hoy los clubes son empresas” y Arce Peña explicó las complicaciones que ha tenido por las lesiones, pero la realidad es que pidieron lo único que ya no tiene la afición poblana: Paciencia.

Han sido treinta años desde la final de la 91-92 que se perdió con León, desde entonces han sido más las malas campañas con dos descensos incluidos que los oasis no sólo de buenos resultados sino de sensación de orgullo: La semifinal del verano 2001 con Mario Carrillo, el ascenso de 2007, la semifinal del Clausura 2009 con Sánchez Solá, la Copa ganada en Ciudad Universitaria con el Profe Cruz, la semifinal del Clausura 2021 con Nicolás Larcamón continuada con otras tres clasificaciones a liguilla. Cada directiva ha tenido su oasis y sus crisis: Con Bernat se dieron los descensos, muchos escándalos, la semifinal con Mario Carrillo, el ascenso y la semifinal que se perdió con Pumas; los López Chargoy ganaron la Copa MX https://www.youtube.com/watch?v=7aY2ALcTo9Y&t=63s, la súper copa en Estados Unidos, una liguilla tras una buena campaña con Pablo Marini, incluso se asomaron a la Libertadores https://www.youtube.com/watch?v=fx2ZnLt6ms4&t=1s, pero en liga siempre el fantasma del descenso estuvo rondando y al final se les negó la posibilidad de fichar en el draft por lo que la viabilidad del equipo estuvo en severo riesgo.

Eso trajo a la directiva que hoy se mantiene con la inversión del Ajusco aunque el equipo de la Franja sea el hijo no reconocido. Pese a la molestia que ha generado la salida continuada de muchos jugadores y del estratega que le ha dado una mayor estabilidad al equipo, también hay que reconocer que ha conseguido una mayor estabilidad administrativa que se explica a partir de contar con cartas de jugadores a diferencia del pasado, futbolistas que llegaban en gran cantidad y se iban en la misma proporción sin dejar dinero a las arcas del club, lo cual ahora no sucede, este Puebla ha empezado a desarrollar jugadores de fuerzas básicas, lleva cinco liguillas consecutivas (una marca que iguala al Puebla de los 80’s cuando se vivían las mejores épocas del club). Es justo señalar que esta directiva obtuvo los servicios de los Antony Silva, Juan Pablo Segovia, Javier Salas, Gustavo Ferrareis, Fernando Aristeguieta, Omar Fernández, Christian Tabó, Maximiliano Araújo, Israel Reyes (en medio de grandes críticas por traerlo de la cantera del Atlas) y al propio Nicolás Larcamón lo que habla de su capacidad para observar jugadores aunque su tendencia a vender ha generado la ausencia de varios de los ya señalados lo que se ha sumado a las fallas a la hora de regenerar a la plantilla porque desde el torneo pasado los refuerzos han quedado muy lejos de los que se fueron.

Cabe destacar otro punto que esta directiva ha conseguido en el Puebla: Estabilidad en el cociente, ese fantasma que atormentaba a las anteriores juntas, pero ese mérito es la razón de lo que actualmente se vive en el equipo de la Franja. Sin riesgo de descender o pagar alguna de las multas ya que actualmente es décimo con 127 puntos en 94 juegos sacándole once a su más cercano perseguidor Pumas y lo más importante treinta y uno a su hermano Mazatlán que marca la línea de los equipos que deberán pagar por su gran mediocridad, tiene treinta y tres sobre Tijuana y cuarenta y siete con respecto al último lugar, Querétaro. Lejos de apostar por crecer, el colchón en puntos representó la tranquilidad para vender activos e iniciar un proceso con un técnico joven que también le vaya dando oportunidad a los jóvenes canteranos.

Pese a no ser reconocido, el Puebla “no niega la cruz de su parroquia” ya que es una fiel representación de lo que el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego explicó en sus propuestas para fortalecer a la selección nacional en un hilo que escribió en su cuenta de twitter el pasado 22 de febrero: “Eliminar en definitiva el descenso y las "multas", para que los dueños de los equipos inviertan con confianza en el futuro de sus clubs, con visión de largo plazo en la formación de jugadores y sin la amenaza latente de la pérdida de sus inversiones”. En alguna de sus respuestas, Salinas Pliego calificó como una “emergencia” el caer a los últimos lugares del cociente y para solventarla habla de la necesidad de fichar jugadores probados (aunque en el Mazatlán tampoco tiene muchos). Ese es el Puebla un equipo con el colchón suficiente para no necesitar a los “probados” y buscar la “formación”.

Es el modelo de negocio al que se refirió Carlos Poblete en su intervención del viernes, ese modelo de negocio sí le ha dado estabilidad al Puebla pero ya no es suficiente para la afición porque volvió a probar las mieles de la liguilla y porque esta versión ha estado lejos en lo futbolístico pero también en las sensaciones para comunicarle a la afición. En los espacios de SET Deportes hemos insistido en que los éxitos y problemáticas de los equipos son multifactoriales y el caso del Puebla no es la excepción porque a la visión de la directiva se le suman otros aspectos que se deben tomar en cuenta.

A la salida torneo tras torneo de los jugadores más destacados se suma la casi nula aportación de los refuerzos desde la temporada anterior ya que Gastón Silva ha quedado muy lejos del nivel de Juan Pablo Segovia, no han encontrado un recambio para Javier Salas y esta campaña Facundo Waller se ha perdido ya tres partidos por lesión, Arce y Baltazar han pasado más tiempo en la banca que en la cancha y no llegó un defensa central para hacer frente a la baja de Israel Reyes, a lo que se suma que los canteranos no han aprovechado del todo sus oportunidades con un estancamiento de Ivo Vázquez y Alberto Herrera, con un Ángel Robles que ha aparecido fuera de su posición ideal, con un Emilio Martínez que estaba a gran nivel pero se lesionó y con par de debuts como Jared Hernández y Patrick Villa que parecen ser más urgencias que una verdadera apuesta por ellos. Entonces tenemos una plantilla corta por diseño para solventar “saldos”, refuerzos que han quedado a deber y varias lesiones que han complicado el panorama.

La ecuación no está finalizada porque todavía le faltan variables: Un cuerpo técnico inexperto, con un líder debutante en Primera División muy joven, al que da la impresión se le aventó al ruedo antes de lo planeado por la sorpresiva renuncia de Nicolás Larcamón quien no fue del todo claro aunque estaba en su derecho de exigir más, junto a esta situación la conformación del cuerpo técnico tampoco le dio más experiencia a Arce Peña sino que sus auxiliares tampoco tienen tanto recorrido en el futbol mexicano, por lo que da la impresión de que no hay visiones distintas que le aporten al técnico otra idea, otra respuesta a lo que ocurre en la cancha.

Aquí en estos espacios se ha señalado que Arce Peña ha hecho buenos planteamientos iniciales, pero el equipo compite veinte, cuarenta minutos y se evapora, mientras que los cambios no mejoran a lo que se tiene y si el primer gol cae en contra la escuadra lo resiente y carece de respuestas. Hay un diagnóstico interno que cree que el equipo sigue prisionero de las goleadas ante el América, que no se ha recuperado mentalmente y por ello al primer golpe ya no reacciona. De la misma manera se debe reconocer que Arce Peña ha mostrado autocrítica y lectura de los problemas de su escuadra en las ruedas de prensa posteriores, pero las dosis de medicamentos para solucionar las enfermedades no surten efecto y cada vez hay más síntomas de lo que puede llegar a ser una falla sistémica.

Si el equipo sigue siendo presa de la pesadilla americanista ni el cuerpo técnico, ni el área de psicología deportiva ha podido sacar de ahí a los jugadores, el actual equipo de trabajo de Eduardo Arce no ha podido recuperar la mejor versión de Lucas Maia quien cada vez se ve peor, así como de Daniel Aguilar, Pablo Parra o Ivo Vázquez, pero ayer en Torreón no sólo falló Maia o el tradicional error de Gastón Silva también lo hicieron jugadores seguros que por el contrario han sido baluartes en los buenos momentos como Antony Silva, Emanuel Gularte o Diego de Buen; Federico Mancuello empezó bien el torneo pero se ha ido evaporando, Martín Barragán quiere pero no puede porque sus compañeros no lo alimentan correctamente, mientras que algunas de las soluciones buscadas han sido en la misma tónica y sin apostar por un verdadero cambio https://www.youtube.com/watch?v=N3RgFFpXItg.

La versión poblana del Clausura 2023 vive estancada: En el pasado atormentada por la pesadilla americanista, todavía no tiene el sello de Eduardo Arce pero ya no es el equipo de Nicolás Larcamón, los jugadores dudan entre lo que busca su nuevo timonel y lo que hacían con el argentino como la llamada presión alta, la falta de confianza es evidente en varios jugadores y todos estos síntomas se magnifican por los malos resultados. El Puebla es antepenúltimo lugar de la tabla general, sólo Querétaro ha perdido más juegos, y ya es la defensa más goleada del campeonato con veinte tantos en contra (un síntoma que ya se había expresado desde pretemporada en los juegos amistosos sin que la directiva buscara una solución de emergencia), esos veinte goles en la puerta de Antony Silva significan un promedio de 2.2 goles por encuentro, pero el problema viene de tiempo atrás ya que si tomamos en cuenta todo el Apertura 2022 y lo que llevamos del Clausura 2023 en los últimos veintiséis juegos de fase regular a los que podemos aumentar el de recalificación y los dos de liguilla estamos hablando de veintinueve juegos en los cuales el equipo de la Franja sólo ha podido dejar su portería inmaculada en tres de ellos (jornada dos del Apertura 2022 contra Santos, en la seis del certamen pasado ante San Luis en un empate a cero y en la victoria del actual torneo ante Querétaro en la fecha dos).  

Podríamos ir más lejos y agregar lo que sucede en la rama femenil donde el Puebla también es antepenúltimo lugar de la tabla (aunque podría ser bajando hoy si Mazatlán suma) y acumula seis derrotas en siete compromisos; su técnico, Pablo Luna tiene la friolera de veintinueve derrotas en 41 juegos dirigidos pero sigue tan campante hablando de “poner cimientos”, mientras la exigencia de la directiva es nula porque “tiene un proyecto de desarrollo de jóvenes”, que a la luz de los resultados, sólo está aprendiendo a perder https://www.youtube.com/watch?v=pqoCZYwzhr0.

Lo que hoy le pasa al Puebla es una muestra de los riesgos de la eliminación del ascenso y del descenso, sin esa “emergencia” los dueños optarán por la mediocridad disfrazada de proyectos de desarrollo de jóvenes para proteger su inversión. En todas las ligas “civilizadas” (hablo de las europeas) del mundo hay ascenso y descenso, en todas ellas sus clubes también son empresas y en todas ellas son una inversión de riesgo, pero no han eliminado la figura del ascenso y descenso que les da vida porque los obligan a saber invertir, cosa que en nuestro país cada día menos se busca.

Regresando al Puebla es cierto que los clubes hoy son una empresa y que hay muchos aspectos que han dotado de estabilidad al equipo de la Franja, pero así con la misma claridad que ellos han explicado su modelo de negocio, la afición está en su derecho de exigir una mayor calidad del producto, porque si algo ha tenido la afición poblana ha sido paciencia, pero hablando en términos empresariales es un insumo perecedero y parece que ya se acabó.

@abascal2

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