Hipocresía: política y deporte

Hipocresía: política y deporte
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes

El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal

Han sido unos días cargados de temas ligados a la política y el deporte a nivel internacional desde el primer mensaje de Novak Djokovic en Roland Garros donde consideró a Kosovo como “el corazón de Serbia” hasta la tensión en el duelo de cuartos de final en la rama femenil entre la bielorrusa Aryna Sabalenka y la ucraniana Elina Svitolina cuando la primera se acercó a la red para esperar un saludo que no llegó y que más tarde fue calificado como una provocación por parte de la propia Svitolina y por tenistas ucranianos que han visto de cerca la guerra por la invasión de Rusia. El deporte no es ajeno a la actividad política y en los tiempos modernos la llamada Carta Olímpica que prohíbe las manifestaciones ligadas a la política ha mostrado un uso ambiguo y hasta hipócrita por parte de los organismos deportivos principales como el Comité Olímpico Internacional y la FIFA.

Kosovo ya es un Estado con reconocimiento limitado sin salida al mar que abarca 10,908 kilómetros cuadrados de superficie y está habitado por 1.8 millones de personas, la mayoría de ellos albaneses (88%) por 6% de serbios, 3% de bosnios, 2% de aromunes (Macedo-rumanos) y 1% de turcos. El gobierno de Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008 con el apoyo de Estados Unidos y la mayoría de la Unión Europea, instaurando la República de Kosovo, sin embargo Serbia considera como provincia autónoma amparada por su constitución y la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Actualmente Kosovo es reconocido por 97 de los 193 miembros de las Naciones Unidas, mientras que Serbia, Rusia, China, España y la mayor parte de los países de América, África y Asia no aceptan la declaración unilateral de independencia.

FIFA, UEFA y COI ya reconocen a Kosovo por lo que ya ha participado en eliminatorias mundialistas y para la Eurocopa, así como ha tenido participación en los Juegos Olímpicos de verano de río 2016 y Tokio 2020 sumando tres medallas de oro. Distria Krasniqi en los menos de 48 kilógramos de judo y Nora Gjakova en los -57 del judo se coronaron campeonas olímpicas en Tokio 2020 https://www.youtube.com/watch?v=r-DewWQkGTg, mientras Majlinda Kelmendi le dio su primera medalla de oro en la historia cuando en Río 2016 ganó los -52 kilógramos del judo https://www.youtube.com/watch?v=Po9wS4Vm94Q. En los Juegos de Invierno también ha tenido representación en Pyeongchang 2018 y Beijing 2022 aunque en ese caso sin medallas.

El problema con Serbia radica en que para los serbios Kosovo representa su cuna histórica ya que el 28 de junio de 1389, los serbios afrontaban la invasión del Imperio Otomano, pero ese día se enfrentaron en el llamado “Campo de Kosovo”, en el enfrentamiento murieron los líderes de ambos ejércitos, el príncipe serbio Lazar Hrebeljanovic y el sultán Murad I, pese a su superioridad numérica los otomanos consiguieron una victoria pírrica, los serbios llenos de moral soportaron la invasión y no fueron dominados por lo que mantuvieron su independencia hasta 1455. Esa batalla, así como algunos monumentos históricos son la explicación de la consideración como cuna de la nación serbia a la que incluso hizo alusión Novak Djokovic en su primer mensaje en Roland Garros al llamarlo “el corazón de Sebia”, lo que molestó a la dirigencia kosovar que pidió una sanción para el tenista serbio y la aplicación de la Carta Olímpica, mientras que el propio Djokovic se refirió a la situación en ese territorio insistiendo que es clave en la historia de su país.

El panorama actual es otro de los temas no resueltos tras las guerras balcánicas de los noventa. Tras la muerte de Tito, quien unificó Yugoslavia, las tensiones étnicas aumentaron al tiempo que crecieron los nacionalismos, en 1989 la autonomía kosovar fue revocada por el gobierno de Slobodan Milosevic, se expulsaron a ochenta mil albaneses para dar paso a la colonización serbia, en el marco del conflicto militar Kosovo declaró su independencia en 1991 pero no obtuvo reconocimiento internacional, por lo que se creó el Ejército de Liberación de Kosovo generando enfrentamientos que no despertaron el interés de la comunidad internacional hasta que informes de asesinatos masivos en contra de albaneses, llevaron a la OTAN a atacar al ejército yugoslavo lo que dio paso a la Guerra de Kosovo entre el 24 de marzo y el 10 de julio de 1999, la OTAN bombardeó diversos puntos de Serbia, sobre todo en Belgrado (algo a lo que en otras ocasiones ha hecho alusión Novak Djokovic) causando cientos de muertes civiles, mientras que el ejército serbio respondió con la misma moneda en contra de los albaneses, de acuerdo con la ONU más de 848 000 personas se convirtieron en refugiados, mientras que la cifra de muertos se estimó en más de 10,000 civiles y la de desaparecidos en más de 3000. La guerra terminó con el regreso de miles de albaneses y la huida forzosa de 200,000 serbios https://www.youtube.com/watch?v=nMD3mCXZ12U.

Algunos historiadores consideran que las cifras fueron infladas para facilitar la intervención de Estados Unidos que buscaba ampliar su influencia en la zona al tiempo de debilitar a Serbia que ha sido un aliado histórico de Rusia. Tras la derrota Serbia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la resolución 1244 a fin de dar una solución transitoria al problema kosovar: El territorio se mantuvo por derecho (iure) como parte de la RF de Yugoslavia pero fue administrado de forma autónoma y provisional por la misión de administración provisional de las Naciones Unidas en Kosovo.

El 17 de febrero de 2008 el Parlamento de Kosovo proclamó su independencia con el nombre de República de Kosovo, Estados Unidos, Francia y Reino Unido apoyaron de inmediato la declaración, mientras que Serbia y Rusia la rechazaron totalmente. Hace una semana se eligieron alcaldes en Kosovo y algunos albanos fueron nombrados en los pueblos donde los serbios tienen mayoría lo que desató manifestaciones y enfrentamientos, por lo que al debutar en Roland Garros con triunfo Djokovic hizo un llamado a la paz ante la cámara pero matizado por las palabras “cuna de Serbia” lo que generó la controversia.

Al mismo tiempo la guerra en Ucrania continúa y aunque algunos atletas ucranianos han podido continuar con su carrera como el caso de varias tenistas otros han ido al frente de guerra. La decisión de la WTA de permitir la participación de las tenistas rusas y bielorrusas aunque sin sus símbolos patrios no ha sido bien recibida por las ucranianas que han criticado al organismo y han pedido a sus colegas que muestren su desaprobación pública a la guerra, al tiempo de dejar en claro que no darán la mano a quienes no lo hagan. En Roland Garros ya hubo varios enfrentamientos en los que las tenistas ucranianas se han mantenido en su postura lo que no ha gustado al público francés que ha dedicado tímidas rechiflas criticando la falta del saludo protocolario al finalizar los partidos; el momento más álgido se vivió cuando la bielorrusa Aryna Sabalenka venció en dos sets a Elina Svitolina en los cuartos de final ya que aun sabiendo que no habría saludo final se acercó a la red, lo que fue calificado como una provocación por los ucranianos https://www.youtube.com/watch?v=b5jWssXpvr8&t=1s.

Svitolina ha sido una de las voces más convencidas en contra de la guerra, no ha escondido su apoyo al ejército de su país e incluso ha realizado campañas para conseguir fondos, todo esto mientras vivía su embarazo. Precisamente Roland Garros fue su primer torneo de Grand Slam tras la maternidad y tuvo un alto rendimiento llegando a los cuartos, antes había eliminado a Daría Kasatkina la rusa que sí se ha mostrado en contra de la guerra y con ella hubo un intercambio, un saludo lejano al finalizar. Todo esto se da a un año de los Juegos Olímpicos en París 2024 por lo que el Comité Olímpico Internacional deberá tomar nota de la ocurrido porque en tierras parisinas estas imágenes se podrían repetir si el conflicto sigue su marcha ante la decidida defensiva ucraniana.

El punto de todo esto es que los llamados en contra de las ucranianas y del propio Djokovic por usar la plataforma deportiva para hacer llamados políticos amenazándolos con la aplicación de la Carta Olímpica cuyo momento más desagradable se dio con la expulsión de los medallistas en los 200 metros planos de México 68 tras su llamado en pro de los derechos civiles en Estados Unidos https://www.youtube.com/watch?v=1ZttN9hPvx4. Si la carta olímpica sigue manteniendo su artículo 55 cuando los dirigentes se pavonean de sus relaciones políticas hay una incongruencia total ya que los atletas incluso no pueden hacer consignas ya no políticas sino sociales como ir en contra del racismo, pero los dirigentes sí pueden convivir con los funcionarios, hacer llamados a la paz o a cualquier situación políticamente correcta.

Ayer mismo el Presidente del COI, Thomas Bach se reunió con el Presidente de Francia, Emmanuel Macron en el marco de la visita de la comisión de evaluación para conocer los adelantos en la organización de París 2024, en algún momento quiso ser interlocutor con el gobierno de Ucrania y sus llamados en pro de la paz son constantes, si el Presidente del COI hace todo esto, por qué los atletas no. La línea que separa al deporte de los temas políticos es muy delgada y mucho más si como es el caso de los Juegos Olímpicos y los mundiales de futbol se usan símbolos nacionales como las banderas y los himnos porque finalmente despiertan el orgullo nacional y como ya se ha visto las victorias muchas veces son usadas por los Gobiernos en ese mismo sentido, así ha sucedido con Serbia y Djokovic, con Croacia y sus grandes mundiales en Francia 98, Rusia 2018 y Qatar 2022.

Las heridas de la guerra de los Balcanes siguen abiertas y cada demostración deportiva lo demuestra: Las mismas atletas de Kosovo en el escenario olímpico, Djokovic y su orgullo, Croacia y su amor por la playera ajedrezada, en otro ámbito la misión de las ucranianas para que el mundo no se olvide de una invasión que ya dura año y medio y que ha dejado destruido a su país. Las heridas políticas tienen repercusión en lo deportivo y siguen demostrando la hipocresía de los organismos deportivos que se llenan la boca con sus llamados a la paz pero que no permiten libertad de expresión a los deportistas.

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