El Blog de Puebla Deportes escribe Cuauhtémoc Hernández
Este martes la Federación Mexicana de Fútbol por medio de su presidente Yon de Luisa Plazas, acompañado por el Presidente de la Liga Mx, Mikel Arreola Peñalosa, ofreció una conferencia de prensa al transcurrir los sesenta días de análisis para determinar cambios en el fútbol mexicano tras la desastrosa participación de la selección mexicana en Qatar 2022.
De esta forma los titulares de ambos organismos que son máximos rectores del balompié en nuestro país llegaron a la determinación de anunciar los siguientes “cambios” en el proceso de desarrollo del fútbol nacional:
Reconocer como campeón al equipo que acumule más puntos en el ciclo futbolístico 2023-2024, pero se mantendrán los torneos cortos con sus dos liguillas por lo que cabe la posibilidad que en un ciclo México tenga tres campeones: El del Apertura 2023, el del Clausura 2024 y el de la fase larga por puntos, lo cual sigue manteniendo los parámetros que el negocio requiere para seguir generando expectativa y etapas.
Sigue en análisis el regreso del ascenso y descenso, lo cual llevaría a que al final del proceso futbolístico durante cada año el peor equipo descienda y el mejor de la liga de expansión tenga la oportunidad de ascender al máximo circuito, cabe destacar que se señaló que además de cumplir con la carpeta de requerimientos, los equipos estarán obligados a cumplir con la coordinación y desarrollo de las categorías de formación, el primer equipo y la sub 18 femeniles, y es entonces cuando me pregunto ¿qué pasará con aquel equipo que descienda a ligas inferiores? ¿Arrastrará el destino de la varonil a la categoría femenil (que pudiera no acumular un mal año) a la desaparición de la Liga MX femenil hasta no recuperar su lugar?
Y si sigue siendo un apéndice, ¿hasta cuándo lo seguirán siendo? Porque me queda muy claro que dicha situación frena el desarrollo de los proyectos que cada año se ven más distanciados de aquellos que por iniciativa propia han decidido darle su lugar a la rama femenil (Monterrey, América, Tigres, Chivas y Pachuca). Y en el caso de las categorías de formación, ¿también tendrán una reestructuración para garantizar la seguridad de las jóvenes promesas? sobre todo para evitar situaciones como la del Puebla con Alexander N, que aun cuando el equipo ha emitido comunicado, será la autoridad correspondiente la que siga el proceso legal para determinar sanciones; porque le pasó al Club Puebla, pero bien podría sucederle a Mazatlán, Juárez, Xolos o Necaxa, o a cualquiera de la liga, incluso a aquellos con programas tan sólidos como el de Pachuca o Pumas ante la falta de lineamientos para ser “agente” de los jugadores juveniles y ante la falta de estructura para realizar visorías a lo largo y ancho de las regiones cercanas a los clubes.
Cabe destacar que el ascenso y el descenso no han regresado ya que los directivos todavía estudian la forma en la que se puede dar y calculan que para la Asamblea de Dueños de mayo ya podrían ofrecer un panorama más concreto para que los jerarcas decidan la viabilidad de la propuesta. De tal manera en ese rubro el único anuncio fue que están abiertos a reconsiderar esta petición de aficionados y medios de comunicación.
El tercer punto fue reducir la cantidad de extranjeros, que pasaría de diez a siete jugadores registrados en cada plantel, situación que más allá de dejar sin trabajo en el futbol profesional a 54 jugadores no formados en México, se queda corto si lo que se busca es permitir la consolidación de mayor talento mexicano y de exportación, que por cierto busca ser recompensado en cada uno de los equipos que logre la exportación de estos. Desde mi punto de vista, debió recortarse a la mitad si se persigue de manera real este objetivo, ya que recuerdo perfectamente que la incógnita y debate de qué tan perjudicial seria la presencia de tanto extranjero, se planteaba desde que eran permitidos entre siete y ocho jugadores por plantel. Sin olvidar que en este momento de los diez foráneos varios no han elevado la calidad de la liga.
Y, por último, el repechaje, el cual será eliminado para que únicamente se permita el ingreso a la liguilla de los ocho mejores equipos de cada semestre, decisión que sin lugar a dudas elevará la calidad de cada etapa final y pone en problemas a los equipos que ya no tendrán la posibilidad de alargar su temporada. Además, se volvió a anunciar que se eliminará la multipropiedad por lo que se abre un proceso que tiene como fecha límite 2026 para que cada club tenga un dueño distinto. De Luisa y Arriola creen que la afición y los medios no tienen memoria ya que la erradicación de la multipropiedad ya se había anunciado en 2013 y se había fijado 2018 como meta pero estamos iniciando 2023 y la multipropiedad no sólo existe en el futbol mexicano sino que se ha multiplicado con Grupo Pachuca, Grupo Orlegi, Caliente y TV Azteca que al menos tienen dos clubes en el máximo circuito.
Estos “cambios” serán aplicables si la Asamblea de Dueños de mayo los aprueba para iniciar con ellos a partir del Apertura 2023, así que también es posible que de estos cambios, sean aceptados la mitad, todos, el quince por ciento o ninguno, o que se les ocurra mejor programarlo para el siguiente año futbolístico, aunque en las entrevistas a modo que prosiguieron en varios medios tanto De Luisa como Arriola mostraron su confianza en la apertura de los dueños para realizar “cambios” en favor del futbol mexicano https://www.youtube.com/watch?v=tGyPM8xWtyc.
En resumen los “cambios” no son de fondo, todavía deben ser aprobados por una Asamblea de Dueños que se reunirá hasta mayo lo que demuestra que no están muy preocupados por acelerar los procesos, sin olvidar que todavía no se elige al entrenador de la selección mexicana que se encargará de la preparación para el mundial en casa, en Norteamérica 2026, por lo que los anuncios de ayer deben ser considerados como una mera sesión de atole con el dedo para la afición.