Alguna vez

Alguna vez
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes

El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal

A lo largo de los últimos años se ha destacado que México lleva más de cuarenta años sin clasificarse a los Juegos Olímpicos en Baloncesto, se ha señalado la gesta de los “Doce Guerreros” al ganar un FIBA Américas y meterse al mundial de España 2014, algo que nueve años más tarde ha emulado un equipo con algunos de esos veteranos y otros más jóvenes al llegar al mundial que se disputará en Filipinas, Japón e Indonesia a finales de agosto, se critica la falta de arreglos para mejorar el ecosistema directivo, ADEMEBA trabaja con lo que puede pero todavía con muchas fobias internas y, sin embargo, Omar Quintero ha logrado cohesionar un buen grupo de jugadores que volvió a conseguir el boleto mundialista para competir en un duro sector con dos selecciones europeas como Montenegro y Lituania y cerrar ante Egipto, además de conseguir la medalla de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 aunque ahí quien fungió como coach fue Gustavo Quintero.

Lo que se dice muy poco y, por lo tanto, se recuerda menos es que nuestro país es medallista olímpico en baloncesto. La obtención de la medalla queda lejos en el tiempo, pero bien vale contar esa historia porque conecta con un momento clave del deporte, conecta con aspectos históricos del mundo y de nuestro propio país, pero sobre todo porque no se ha valorado la aportación de ese equipo mexicano al baloncesto en general, a tal grado que hasta el coach estadounidense se interesó en la forma en la que la quinteta nacional había desplegado su estrategia.

México jugó el primer torneo olímpico de baloncesto de la historia, fue en Berlín 36, justo los Juegos que tuvieron una atmósfera cargada de propaganda política por la influencia de Joseph Goebbels (ministro de propaganda alemán) quien convenció a Adolfo Hitler de la utilidad de los juegos, ya que al llegar al poder el Führer se encontró con la noticia de que el Comité Olímpico Internacional ya había otorgado la sede a Berlín, aunque él consideraba que eran otra invención judía. En ese marco, Alemania desempolvó el uso de la antorcha olímpica para ligar la riqueza cultural griega a la raza aria, utilizó los medios de comunicación existentes para propagar sus ideas en el marco de los juegos y hasta produjo un documental desde los preparativos hasta su desarrollo, a cargo de la cineasta Leni Riefenstahl, considerada una de las mejores de la época https://www.youtube.com/watch?v=H3LOPhRq3Es&t=1136s.

Por primera vez en el desarrollo de los Juegos Olímpicos de la era moderna (desde Atenas 1896), el baloncesto iba a formar parte del programa olímpico, incluso se invitó a James Naismith, el profesor canadiense que creó las reglas de juego, en una especia de homenaje al hombre que en 1891 inventó el deporte ráfaga, mismo que surgió de la necesidad de practicar un deporte en lugares cerrados cuando imperara mal clima, buscaba mejorar la condición física y mental de sus alumnos. En 1890 llegó a Springfield, Massachussets para trabajar en el YMCA (una asociación cristiana de jóvenes) donde procuró enseñarles a sus alumnos el amor por el deporte, unido a valores como el sacrificio y la solidaridad. Cuando creó el juego se llamó el pato sobre la roca y consistió en tratar de alcanzar un objeto sobre una roca tirándole una piedra; dispuso de dos cestas para recolectar manzanas en cada punta del gimnasio para que los alumnos introdujeran una pelota en ellas y así obtuvieran puntos, cada equipo estuvo conformado por nueve jugadores pero el partido resultó violento y desordenado, ya que los alumnos se golpearon entre sí, por lo que en 1892 escribió trece reglas y la normativa se publicó en el diario escolar.

Berlín 36 fue la edición olímpica que le abrió las puertas al baloncesto, por lo que Naismith fue el encargado de lanzar la primera bola, recibió a veintitrés selecciones aunque tres se retiraron, dos antes de empezar: España, por su situación política y Hungría, mientras Perú dejó los Juegos antes de los cuartos de final en protesta por un mal arbitraje en el futbol; hasta la fecha es el torneo olímpico con más selecciones. México acudió con un equipo cuya base eran jugadores de Chihuahua y la otra parte de la Ciudad de México dirigido por Alfonso Rojo de la Vega y como auxiliar Leoncio Colorado, ganó su primer partido y en el segundo frente a Filipinas estallaron los conflictos internos debido al regionalismo por lo que se perdió 32-30, aunque luego se habló y se recuperó el nivel para vencer a Bélgica 32-8 y clasificar a la ronda de eliminación directa, la derrota contra Filipinas significó un camino más complejo, en cuartos se venció a Italia por 34-17 pero en la semifinal esperaba Estados Unidos, mientras que en la otra se midieron Canadá (a la que México ya había derrotado en un juego de preparación) y Polonia.

De cara a la semifinal contra Estados Unidos, el coach Rojo de la Vega analizó a los rivales para idear una manera de competir ante un equipo que había aplastado a todos sus contrincantes. Junto con Leoncio Colorado diseño una nueva estrategia que contuvo a los estadounidenses aunque no evitó la derrota: El partido finalizó 25-10 a favor de los estadounidenses que por primera vez en el torneo no llegaron a más de treinta puntos, al terminar el juego el coach del conjunto de las barras y estrellas, James Nedless, felicitó a Rojo de la Vega y le preguntó cómo llamaba a su estrategia, a lo que Rojo de la Vega contestó: “Rompimiento rápido” y acto seguido dibujó un  esquema en un papel que luego se lo dio al hombre que lo había felicitado. Nedless se llevó dicho esquema y los estadounidenses perfeccionaron la estrategia hasta hacerla pieza fundamental de su juego conocido como el Fast Break.

Estados Unidos se impuso en la final a Canadá 18-9 y México se quedó con la medalla de bronce al imponerse 21-17 a Polonia pero entre los jugadores mexicanos quedó la espinita que el mal partido contra Filipinas los condenó al enviarlos a la llave de Estados Unidos por lo que sentían que podían haber llegado hasta la final. El equipo tricolor estaba conformado por: Carlos y Hugo Borja, Rodolfo Choperena, Luis Ignacio de la Vega, Raúl Fernández, Ándrés Gómez, Silvio Hernández, Francisco “Quico” Martínez Cordero, Jesús Olmos, José Pamplona y Greer Skaussen (oriundo de Casas Grandes, Chihuahua). Los conjuntos deberían estar constituidos por doce jugadores pero por problemas económicos el Comité Mexicano avisó que sólo enviaría a diez, José Pamplona y Miguel Miranda fueron los descartes aunque entonces apareció Saturnino Cedillo quien había sido gobernador de San Luis Potosí y en ese momento era secretario de Agricultura en la presidencia de Lázaro Cárdenas para costearle el viaje a Pamplona, por lo que el único que se quedó fue Miranda. Cabe destacar que Cedillo Martínez (29 de noviembre de 1890- 11 de enero de 1939) participó en la Revolución Mexicana y en la Guerra Cristera.

La entrega de medallas para los deportes de conjunto se hacía distinto a lo que acostumbramos ahora ya que las preseas se las daban al capitán y este las repartía a sus compañeros, de tal forma Adolfo Hitler hizo entrega a los capitanes de Estados Unidos, Canadá y México que era Jesús Olmos Moreno; Hitler también entregó un reconocimiento a Naismith como creador del baloncesto, como al equipo mexicano le iba a sobrar una medalla porque había doce y ellos eran once, los jugadores y el coach Rojo de la Vega decidieron entregársela a Naismith quien estaba muy contento y días después no se quitaba la presea de bronce. El inventor del baloncesto murió tres años de edad debido a una hemorragia cerebral a los 78 años de edad.

Entre los jugadores mexicanos destacada la historia de Francisco “Quico” Martínez Cordero, oriundo de Ciudad Juárez, Chihuahua quien tras la experiencia olímpica, emigró a Estados Unidos para jugar en la Universidad A&M de Nuevo México (hoy Universidad Estatal de Nuevo México) donde estudió Ingeniería Química, como jugador ayudó a que su equipo llegara al torneo nacional de 1939 que se desarrolló en Nueva York y fue jugador del All Border Conference en 1938 y 1939; ya como profesionista fue parte del Proyecto Manhattan que desarrolló la bomba atómica y que ahora se ha vuelto mencionar gracias a la extraordinaria película de Chris Nolan, “Oppenheimer”. Cabe señalar que el nieto de “Quico” Martínez, Román, jugó para los “Doce Guerreros” en el FIBA Américas de 2013 que ganaron y también en el mundial de España donde México cayó en la segunda ronda frente a Estados Unidos.

Así la historia de una medalla de bronce conecta con el creador del baloncesto, James Naismith, conecta con revolucionarios mexicanos ya en cargos políticos, conecta con la historia universal a través de la figura de Adolfo Hitler, conecta con el acontecimiento que finalizó la II Guerra Mundial, pero también esta medalla de bronce conseguida hace 87 años debe ser recordada para insistir en que hay una vasta tradición del baloncesto en nuestro país, que hay un gusto que lo liga a sus inicios y que desde esos momentos se ha jugado al deporte ráfaga en nuestro territorio, que siempre se ha tenido un buen nivel, que ahora se puede presumir una liga universitaria fuerte con la llamada Liga ABE, pero que las decisiones directivas han frenado el crecimiento, la ausencia de una Federación, la creación de nuevos organismos que con sus bemoles han ayudado a despertar del marasmo pero que todavía están lejos de estar a la altura del talento de los jugadores, de la pasión que despierta en muchas zonas del país, a pesar de ese talento es ahora cuando se empieza a despertar con las clasificaciones mundialistas aunque todavía sin regresar a los Juegos Olímpicos desde la actuación en Montreal 76 donde se perdió con la URSS, Australia, Cuba, Canadá y Puerto Rico, y se le ganó a Japón con un grupo conformado por Rubén y Antonio Ayala, Samuel Campis (clave en el desarrollo universitario del baloncesto en Puebla), Jorge Flores, Jesús García, Arturo “Mana Santa” Guerrero, Gabriel Nava, Rafael Palomar, Manuel Raga, Anastacio Reyes, Héctor Rodríguez y Manuel Sáenz.

Alguna vez México fue medallista olímpico en baloncesto, hoy un grupo de jóvenes da pasitos para regresar al protagonismo con mucho esfuerzo y con pocos apoyos, por ello, hoy que están en la ciudad de Puebla para enfrentar a Argentina vale la pena irlos a ver para darles un aplauso más que merecido por rescatar la tradición.

@abascal2

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