Huecos y oportunismo

Huecos y oportunismo
Jesús Olmos
Máscaras

Máscaras escribe Jesús Olmos

En comunicación hay una regla casi general que afirma que los vacíos de comunicación se llenan con rumores o trascendidos, no siempre con una verdad, y esto aplica en cierto sentido a la gobernanza.

En Puebla y en todo el país, los vacíos que generan la gran cantidad de necesidades urgentes y preocupaciones de la población, hacen que cualquier queja válida pueda ser caldo de cultivo para grupos con intereses no siempre muy correctos.

En los últimos días ha sido evidente, en una seguidilla de casos, que los vacíos de la acción gubernamental se llenan con oportunistas, que en muchas ocasiones buscan un beneficio económico o político, que también lo hacen por fama, popularidad o simplemente, por quedar bien con un público.

Así ocurrió la noche del martes en la zona metropolitana de Puebla, donde concurrieron dos hechos, el repudio urgente a una autoridad que solo actúa ante la presión y un grupo de oportunistas que se valen de las causas de la gente para promoverse.

Ese vacío lo aprovecho un personaje como Arturo Islas Allende, un promotor de la ideología de Ricardo Salinas Pliego y todo lo que eso signifique. Islas retomó un clamor válido y sentido de colectivos animalistas poblanos y lo transformó en una causa personal y en el tono que quiso.

No hay que ser ajenos a que fue la desesperación y el enojo por la impunidad latente la que orilló a los colectivos animalistas a recurrir a una figura como la de Islas Allende para que su exigencia de justicia fuera escuchada, pero ha sido el propio conductor de TV Azteca el que ha salido a cuestionarse si su método de presión y furia, realmente “¿Valió la pena?”.

Ahí también estaba Lupita Leal y otros ex funcionarios que lejos de aportar a la causa, revelan un posible trasfondo político, que quizás vaya ligado a sus propios interés electorales futuros.  

A nivel nacional está el tema de los familiares de personas desaparecidas y el boquete que ha generado la postura del presidente López Obrador de evitar cercanía con ellos, incluso incluyéndolos entre sus adversarios, ante el constante reclamo de que la administración federal no se abre a la crítica.

Ese hueco lo aprovechó la abanderada del PRIANRD, Xóchitl Gálvez, quien invitó a una de las principales voces críticas de este tema a su templete cuando fue ungida.  

A Ceci Flores, la madre buscadora, nadie puede ni debe regatearle nada, tal y cómo ella dijo, tiene el derecho de ir a donde quiera que sea escuchada por encontrar a su hijo.

A Gálvez sí se le debe cuestionar, por usar una causa que hasta hace unos años el siglado rojo, azul y amarillo que ahora la respalda repudiaba, por avalar y hasta plantear repetir la herencia negra de la falsa guerra del calderonismo y por colocar a una víctima a un lado de los partidos de los victimarios, que están lejos de pedir perdón por su total fracaso de antaño.

Está también, el más doloroso de todos los oportunismos, que es aquel que hace la delincuencia con las necesidades de la gente, vía los Cárteles del Narcotráfico o los señores del Huachicol.

Este clima de urgencias no atendidas por autoridades, ha favorecido por décadas el reclutamiento de jóvenes o la creación de una gigantesca base social que en algunas ocasiones les ha servido hasta de arma de defensa, ya que los delincuentes sustituyen con dádivas aquello que el Gobierno no alcanza a aportar y que forman parte de las necesidades básicas.

El oportunismo del que hablamos, conlleva demasiados peligros, porque resta visibilidad a las urgencias evidentes, sean animalistas, contra las desapariciones o por el sustento del día con día, por ello hay que tratarlo con cuidado, pero tampoco debemos callar.

 

@Olmosarcos_

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