Y por la inclusión
Lo expuesto por Marcelo Ebrard, quien representa la segunda mayor fuerza interior de Morena, debe representar una reflexión para el partido del presidente.
No hay partido perfecto, la popularidad no lo es todo y si lo hay detrás una estructura sólida, cualquier castillo se derrumba.
Marcelo pataleó y fue mal visto por un grupo, pero es la primera voz que se levanta al interior de este movimiento para pedir frenar la polarización y poner en el centro la inclusión.
Apenas ayer, un berrinchudo político poblano hablaba de exterminar a los que piensan distinto, pero Marcelo da en el punto: reducir el antagonismo y aumentar la cohesión.
Jesús Olmos
@Olmosarcos_