Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
Nada tan reprobable como el cinismo que se observa por estos días. La definición misma entraña un concepto profundo, una corriente de pensamiento filosófico que pone en el centro la autosuficiencia del ser humano y lo despoja de todo tipo de arrepentimiento o sentimiento que lo ata a cualquier otra influencia que no sea la propia.
Si en el Movimiento de Regeneración Nacional inunda la escena ese tipo de personajes previo al momento preciso de la definición de las candidaturas, no es el único partido en el que se observa a estos individuos que antes ocuparon espacios de privilegio en otras trincheras políticas por mera conveniencia personal, o de grupo.
La virtual precandidatura a la presidencia de México por el Frente Amplio y única carta fuerte del Partido Acción Nacional, Xóchitl Gálvez Ruiz, entusiasma por estos días hasta a los perfiles más discutibles de la escena pública. No se trata solo de las cúpulas empresariales y amlofóbicos, sino a los operadores de dinero público que carecen de militancia o ideología, pero afición a privilegio y el dinero.
Es el caso del senador de la República que en el pacto federal representa a Puebla sin ser poblano, que no ha puesto un pie en el territorio ni se ha distinguido por cabildear un peso para incrementar los recursos federales que llegan a las arcas estatales a través de las ministraciones previstas cada inicio de ejercicio fiscal: Roberto Moya Clemente.
Desde su arribo al escaño senatorial, Moya Clemente ha tenida una conducta legislativa mediocre y carísima para el erario. El lunes 17 de abril parabólica.mx publicó un trabajo de investigación realizado por Jesús Olmos en el que se establece que cada una de las intervenciones en la tribuna han costado unos 357 mil pesos.
“Roberto Moya apenas ha registrado 21 intervenciones en tribuna en los 4 años de la LXV Legislatura. Cuatro fueron en 2019, tres en 2020, ocho en 2021, seis en 2022 y dos en 2023.
La dieta del morenovallista asciende a 119 mil 700 pesos, lo que implica que al año se estaría embolsando alrededor de un millón 428 mil pesos. Si en 2019, tuvo solo 4 posicionamientos, cada participación en tribuna costó al erario unos 357 mil pesos”, decía el trabajo periodístico.
El panista fue uno de los operadores financieros del difunto Rafael Moreno Valle, quien a su deceso al medio día junto con su esposa Martha Erika Alonso y tres personas más, asumió la senaduría en su condición de suplente de aquel.
Lo que si tuvo fue tiempo para asistir al foro del Frente Amplio por México celebrado en Mérida, Yucatán este sábado. A diferencia de la huidiza actuación que lo ha caracterizado en casi cinco años que van de la LXV Legislatura, el ex secretario de Finanzas y ex Jefe de la Oficina del Gobernador Moreno Valle se dejó fotografiar muy orondo en tierras del Mayab.
Pasados los años, el senador fantasma y furibundo morenovallista fue una pieza clave en la trama que llevó a Puebla a pagar 2 mil 600 millones de pesos al Servicio de Administración Tributaria, revela el columnista Enrique Núñez en la edición del 1 de junio de este año.
Se trata de una de las secuelas que dejó la operación del cerebro financiero del insulto régimen de los Moreno Valle y que ahora busca un lugar en el equipo de Xóchitl Gálvez, la muy probable candidata del Frente Amplio por México que pretende portar ropajes de decencia que no puede lucir el acomodaticio senador.
@FerMaldonadoMX