La viuda cuestionada

La viuda cuestionada
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

La historia de la consorte que busca posición política, pública o reconocimiento en la historia reciente en Puebla, viene de años atrás. Por lo menos desde el inicio del nuevo siglo, hace 23 años con el advenimiento de la democracia y la alternancia política.       

Nada impide a Rosario Orozco Caballero, la viuda del ex gobernador Miguel Barbosa, inscribirse y competir por la Coordinación de la Defensa de la Transformación, como lo anunció al inicio de esta semana cuando ya media docena de personas habían hecho lo propio.

De acuerdo con la Constitución y estatutos de todo partido político, nadie que haya recibido sentencia firme tras enfrentar proceso judicial, o haya sido encontrado como responsable de violentar derechos de las mujeres podrá aspirar a cargo alguno y está bien. La señora que busca la Coordinación de Morena en el territorio está ajena a cualquiera de los dos escenarios.

No es la primera ex primera dama en competir en una justa política y el ejemplo más reciente es el de Martha Erika Alonso, esposa de Rafael Moreno Valle, ambos muertos en diciembre de 2018 en un trágico accidente aéreo y; sin embargo, existen matices que deben ser resaltados.

Barbosa y Moreno Valle no pueden ser comparados bajo ninguna circunstancia. La formación política de ambos fue notablemente diferente y hasta contraria. Sus respectivas hojas de vida se cruzan fueron por caminos diferentes y acaso cruzan por la tragedia de la muerte, inesperada en ambos casos y con un lapso relativamente breve.

En su momento hubo gente cercana particularmente a Alonso Hidalgo que aseguró que no estuvo en sus planes ser abanderada del PAN al Gobierno de Puebla en 2018 y; sin embargo. Formaba parte de la estrategia política del marido para extender su dominio político en Puebla de manera transexenal y continuar su derrotero hacía la candidatura presidencial, que habría alcanzado en 2024.

Hubo otras primeras damas que acariciaron la idea de suceder al marido en el cargo de gobernador. Una cita que no se puede dejar en el olvido porque se trataba de un matrimonio de izquierda, el que formó Alfonso Sánchez Anaya y Maricarmen García, en Tlaxcala.

Entre 1999 y 2005, Sánchez Anaya encabezó un sexenio relativamente exitoso bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática hasta que la idea de impulsar a su esposa lo enfrentó con las diferentes tribus en el interior de ese partido, hasta llegar a la ruptura.

Una fotografía de Maricarmen García y Martha Sahagún sobre un largo camino en los jardines de las salas de cine Miguel N. Lira inundó por esos años las primeras planas de los diarios nacionales porque se comparó a ambas con Hillary Clinton de México, pues la estadounidense de militancia demócrata también trabajaba para suceder al marido en la Casa Blanca.

La política de allende el Río Bravo, en Los Pinos y en Tlaxcala, jugó en contra de las tres primeras damas y ninguna de ellas pudo salir de la alcoba para ocupar el espacio de poder que sus respectivos esposos consiguieron. La lección de la historia está ahí y sólo quien no quera reconocerlo, se volverá a equivocar.

En Puebla la viuda de Miguel Barbosa será objeto de descalificaciones mordaces, irascibles y desde el odio personal dado el clima de polarización que vivió Puebla bajo el gobierno del marido difunto.

Las malas artes de la política son así irremediablemente: condición de vida y naturaleza humana.

@FerMaldonadoMX

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