Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
La escena que difícilmente se volverá a ver tuvo lugar en el Centro Libanés, ante una comunidad empresarial de alta sociedad en la que fue defendida la tesis de que “por el bien de todas y de todos, primero los pobres”, del presidente Andrés Manuel López Obrador, el dirigente político con quien la iniciativa privada difícilmente logra transitar.
La defensa del credo del presidente de México la hizo Olivia Salomón Vibaldo, la ex secretaria de Economía convertida en una de las dos mujeres que aspiran a la Coordinación de la Defensa de la Transformación, según determinó el Consejo Estatal de Morena el sábado previo, luego de haber recibido a Claudia Sheinbaum en la capital.
Fue como mencionar la soga en la casa del ahorcado. Por un momento el silencio se impuso para poner atención a las palabras improvisadas de una de las suyas, de esa escala social que se ubica muy por encima de todas las demás; envueltos en su mayoría por finos blazers o trajes, ellos y vestidos y trajes sastre de finos cortes ellas.
Congregados en el centro de reunión de la comunidad libanesa, Salomón habló de tú a tú con unos mil invitados a degustar platillos de esa zona del mundo, integrada por personas que en voz de la oradora principal llegaron a México con una mano adelante y una atrás para construir patrimonio, empresa y empleos.
No dejó de ser simbólico que entre los comensales estuvieran las familias de tres ex gobernadores, Melquiades Morales Flores de rancia militancia priista, y de Rafael Moreno Valle y Antonio Gali, de inclinaciones panistas aún con todo y sus orígenes en el tricolor, sobre todo cuando como parte de su exposición, la aspirante al cargo morenista soltó dos datos duros que dieron en el corazón de las gestiones prianistas.
Hablaba Olivia Salomón del reto que para una empresaria inmobiliaria supuso ir a la administración pública a invitación del fallecido Miguel Barbosa y de la falsa idea de que en la era de la 4T no se apuesta por la inversión privada, a la actividad empresarial y al desarrollo.
“Tenemos malos entendidos”, dijo con esa sonrisa que la acompaña la mayor parte del tiempo, en sus actividades públicas. Cuando comenzó el primer gobierno de alternancia en Puebla existía un decremento en materia de desarrollo económico de -.4 por ciento. No debió haber captado el dato el hermano de Tony Gali, Edy que entre el los invitados registraba fragmentos de ese discurso con el móvil en mano, sonriente.
Fue un discurso terso, bien medido y calculado que tocó fibras entre los convidados. Narró el momento lejano en que dedicó a la venta de chamarras de piel, sus inicios en la industria inmobiliaria, su divorcio y nacimiento de su primer hijo y las segundas nupcias con un hombre apreciado en esa comunidad, como el contador público Rafael Moreno Valle Sánchez, fallecido en noviembre de 2020.
La portavoz de las causas de la izquierda entre la clase empresarial, venía de haber participado el fin de semana en un encuentro con el Grupo Puebla que entre otros participantes había congregado en el Museo del Barroco a los expresidentes Rafael Correa, de Perú y Evo Morales, de Bolivia; pero también a Cuauhtémoc Cárdenas.
En ninguno de los dos encuentros Olivia Salomón ha utilizado los términos en boga que lastiman y dividen: fifís ni chairos. En cambio, ha sido capaz de mantener una inteligente interlocución en menos de tres dos días con dos polos paralelos y contra puestos.
@FerMaldonadoMX
