Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
La candidatura al gobierno de Puebla de Eduardo Rivera Pérez bajo las siglas del PAN y aliados como el Partido Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática está en veremos. No parece ser un asunto de voluntad, sino de estrategia política que se ve desde la óptica de la dirigencia nacional.
Existe una corriente de opinión en la capital del país que preferiría esperar a que haya un panorama mas definido que permita ir con la próxima jugada. Muy parecido al gambito de dama, como en una partida de ajedrez: mover fichas para propiciar la reacción del adversario sin tener que sacrificar a la reina.
Y es que tras el último lance del edil de la capital, en el que reta a los adversarios a saltar a la escena, no es sino la continuación del fragmento del discurso en el que este domingo levantó la mano formalmente para apuntarse para pelear por Puebla, con una salvedad que cobra mayor relevancia a la luz de las consideraciones políticas de un grupo de notables en la Ciudad de México.
“Con quien quieran, quiero; cuando quieran, como quieran y en donde quieran. Así estaremos con esta decisión firme y clara de participar; ¿es un reto?, si es una gran responsabilidad y estaré decidido. Nadie puede irse a la esquina a resguardar sus capacidades (…)”, dijo la mañana de lunes Rivera Pérez, una vez transcurridas las primeras horas del auto destape del que aún quedó la duda.
Tras las constantes presiones de aliados y rivales para fijar una postura política frente a los tiempos pre electorales el funcionario decidió dar un paso al frente, pero no con qué rumbo. Cuidadoso de las formas se dijo listo, pero no para qué tipo de batalla electoral en 2024.
Y encaja muy bien con lo narrado por una fuente cercana a quien se ha convertido en el consigliere para temas de alta política de Marko Cortés, el dirigente nacional panista, Santiago Creel, según lo cual pedirán a algunos de los perfiles panistas para competir por la candidatura al gobierno de la capital esperar un plazo perentorio antes de mover la otra ficha.
No se trata de un asunto que deba resolverse con voluntad, arrojo o la valentía, sino la táctica para planear la próxima jugada que permita, antes que sacrificar el gobierno de la capital a cambio de una aventura en pos del gobierno del estado frente a un adversario que parece invencible si es que se conjugan dos variables: la marca del partido que según algunas encuestas, ubican a Morena en 54 puntos de potencial electoral y al PAN con 29 puntos.
El otro factor es el competidor con el que iría el partido en el gobierno. Un perfil que asumen significaría de mayor riesgo para el competidor del Frente Amplio por México es Alejandro Armenta, el senador de la república que según la empresa encuestadora Enkoll que se dio a conocer en parabólica.mx, goza de un 40 por ciento de preferencias; 18 por ciento Ignacio Mier, el coordinador legislativo de Morena en San Lázaro; y 17 por ciento, la ex edil de la capital, Claudia Rivera.
Por eso es necesario leer entre líneas el mensaje del domingo: ir por Puebla, sí pero ¿por la capital, o por el estado?
La respuesta a esa pregunta ya está en buena medida en otra cancha. Será necesario medir tiempos y pulsar con qué ánimo desean pelear el poder público en el partido en el gobierno para calcular con mayor precisión la próxima jugada en el tablero de la política electoral.
