Escena poblana irrepetible

Escena poblana irrepetible
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

“No nos equivocamos”, dijo el coordinador de la bancada del Partido Revolucionario Institucional en el Congreso de Puebla, Jorge Estefan Chidiac, respecto al consenso de diciembre pasado, para designar como gobernador sustituto a Sergio Salomón Céspedes Peregrina, tras el deceso del 13 del último mes de 2022 de Miguel Barbosa Huerta.

Ahí reventó el aplauso de la totalidad de los asistentes al San Pedro Museo de Arte en el Centro de Puebla, que acompañó el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.

A un costado, acaso de los únicos asistentes que militan en el Movimiento de Regeneración Nacional, el presidente del Congreso, diputado por la Mixteca poblana, Eduardo Castillo López.

La estampa no se debe ver todos los días, con seguridad, como tampoco debe ocurrir en todos los estados de la República y menos en los que está por comenzar la contienda de 2024.

En un ambiente polarizado y tirante como el nuestro por la rivalidad de las fuerzas políticas que pugnan un día sí y otro también por detentar el poder, el desencuentro es moneda de uso corriente.

No lo fue en la víspera porque el trabajo de la política que se utiliza para poner por delante el interés general resulta de un oasis en medio de la descalificación de todos los días.

Ahí estaban las dirigencias de los partidos Acción Nacional y del priismo, Augusta Díaz de Rivera y Néstor Camarillo, respectivamente -este último integrante del grupo parlamentario que rendía su informe junto con el resto de los integrantes-.

En la primera fila, el presidente municipal de la capital de filia panista, Eduardo Rivera Pérez y virtual precandidato al gobierno del estado por la coalición opositora a Morena.

Nadie trajo a la escena del presente el momento en que Rivera Pérez lanzó desde el Auditorio GNP el “tiemblen” a los adversarios y tampoco nadie citó el “uy qué miedo”, que fue como reviró el gobernador cuando fue consultado por el lance del panista.

Y menos nadie recordó a los militantes de Morena de línea dura que recriminan todos los días a “fifís” ni a la “mafia del poder”. De eso, nada.

Cada uno de los presentes sabían del papel que cada quien debía jugar. Los anfitriones cuidaron hasta el último detalle para la atención de sus invitados y quienes ahí estuvieron convidados, correspondieron.

Ni siquiera al momento de reconocer a una de casa, Isabel Merlo Talavera, la actual titular de la Secretaría de Educación en el gobierno de Morena que antes ocupó una curul priista en el viejo edificio de la 5 Poniente, sede del poder legislativo.

No hubo reproche ni indirecta alguna, las piezas oratorias de cada quien guardaron las formas y estuvieron a la altura de la expectativa.

Histriónico como es, el dirigente nacional priista reconoció el trabajo desplegado por el titular del Poder Ejecutivo en Puebla.

“Se siente cuando hay ese compromiso social de trabajar juntos, de ver hacía adelante, de pensar en Puebla, de que hoy nada ni nadie les va a regalar nada, el momento que vive México es el convocar al diálogo, la unidad y el respeto”, dijo Alito Moreno.

Nadie ahí le reprochó haber conseguido confrontar a la gobernadora de Campeche, Layda Sansores y al poblano Ignacio Mier Velazco por la intentona de nombrarlo presidente de la mesa directiva en San Lázaro.

Nadie en el Museo San Pedro de Arte rompió un solo plato o un solo vidrio, como dice el Presidente.

Habrá que conservar esa instantánea como el escenario que difícilmente se va a repetir, sobre todo en la antesala de que se conozca género y perfil en Morena para competir por el poder en 2024.

 

@FerMaldonadoMX

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