Ausencias y divisiones

Ausencias y divisiones
Fernando Maldonado
Parabólica

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

Dos nombres con todo y apellido estuvieron ausentes en el discurso del diputado Ignacio Mier Velazco, aspirante derrotado a la Coordinación de Defensa de la Cuarta Transformación, pronunciado en domingo para aceptar la candidatura al Senado de la República.

No estuvo en la pieza oratoria el líder del movimiento a quien durante todo el tiempo ha rendido pleitesía sin rubor, Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México y el de Alejandro Armenta Mier, el senador que arrasó en la encuesta de Morena, cuyo resultado les fue informado el viernes 10.

Destaca el caso del primero e inquieta el segunda por varias razones, sobre todo, porque durante meses que duró la onerosa campaña de promoción en anuncios espectaculares, se vendió como “el legislador más cercano a AMLO”.

En el caso senador y pariente, deja ver un arrebato que va mucho más allá del plano político que no se puede permitir un político profesional, pues los malos humores suelen traer secuelas imborrables.

El aún coordinador del grupo parlamentario de Morena en San Lázaro ha dejado muestras bastante evidente de ser un mal perdedor. La ausencia de humildad y la soberbia personal han distinguido su actuación pública, ratificada en la actual coyuntura política.

De paso también quedó para el análisis la ausencia de inteligencia política en medio del vendaval tras la derrota sonada con la que se fue al fin de semana, luego de la confirmación de que sería derrotado en la interna de Morena.

Dominado por el arrebato y el enojo, obvió un gesto que le permita un mayor margen de maniobra como actor de la burbuja morenista a la que dice pertenecer desde que bajó de la militancia priista.

A lo largo del fin de semana miles de números telefónicos hemos recibido las llamadas desde un call center en las que se escucha la voz de un supuesto Ignacio Mier que acusa a Morena de imponer a Armenta en contra de la voluntad del pueblo.

“No lucha por los principios y los valores de la 4T, o sea que, representa lo peor del pasado, un gobierno precioso, mafioso y faccioso”, dice un fragmento de la comunicación que ha sido difundida de manera masiva.

Aunque se trata de una mala copia, la voz “fake” de Mier deja pistas que la dotan de verosimilitud: el término “precioso” formó parte de la narrativa del legislador federal desde que hizo mancuerna con Enrique Doger en el ayuntamiento de Puebla.

Se hacía alusión a la llamada telefónica en la que el llamado “rey de la mezclilla”, Kamel Nacif llama “góber precioso” a Mario Marín luego de la detención de Lydia Cacho, tras la publicación del libro Los demonios del edén.

Quien haya diseñado la campaña tuvo toda la intención de involucrar a Mier, o fue el mismo equipo quien decidió echarla a andar como una forma de torpedear a quien resultó ganador de la contienda interna.

En la lógica discursiva dominguera nunca estuvo en su intención tomar distancia del panfleto digital, aún y cuando hubiese sido una extraordinaria plataforma para dotar de inteligencia y dignidad la postura.

Y no lo hizo porque en el fondo, es esa la forma en la que procesan el propio Mier Velazco y sus acompañantes, entre quienes se encuentran Fernando Manzanilla, Francisco Ramos, personajes herederos del priismo y el morenovallismo más rancio, datos que no fueron ajenos a una junta de notables de la izquierda auténtica que ha acompañado a López Obrador durante décadas.

En esencia, la postura irreconciliable del grupo, integrado en algunos casos de algunos nombres que se frotaban las manos para ganar poder, dinero y cobrar venganza por supuestos agravios del pasado no sólo no abona a la pretendida unidad, sino a la división que conduce sin remedio a la ruptura.

 

@FerMaldonadoMX

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