Los Zetas, el contador y la impunidad

Los Zetas, el contador y la impunidad
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado

El jueves 2 de octubre de 2008 en un restaurante de la colonia Juárez en la Ciudad de México fue detenido un grupo de siete personas. Comían en el local cuando una llamada anónima alertó a la entonces Procuraduría General de la República de la presencia de un conjunto de individuos vinculados a un cártel mexicano: Los Zetas.

Entre ellos se encontraba el personaje que 15 años después, este lunes en la zona metropolitana de Puebla, sería ejecutada por un grupo de personas armadas. Se trata de Rafael Melgarejo Reyes, el mismo personaje que en un operativo de la Secretaría de Marina Armada de México en Bosques de San Sebastián, en Puebla volvió a ser detenido.

A quien hasta esta semana se le conoció como el “profe” o el “jirafales”, claramente integrante de un cártel que sembró de sangre, muerte y miedo al país, se le permitió salir libre una y otra vez. Fue ineficacia de los agentes del Ministerio Público Federal, o malicia de los jueces que resolvieron ponerlo de patitas en la calle.

Como sea, con el muerto de hoy, antes se aplicó el principio que los estudiosos en materia criminológica definen como la puerta giratoria. Se trata de una metáfora precisa de la impunidad que impera en el aparato de justicia que favorece a quien tiene con qué pagar bajo criterios sospechosos.

En ambos casos -2008 y 2014-, Melgarejo Reyes fue llevado a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la PGR y en ambos casos obtuvo la libertad. Nadie sabe cuáles fueron los argumentos para permitir que saliera del encierro un personaje que conoció de las finanzas de un grupo delictivo de las dimensiones de Los Zetas.

No se puede dejar pasar que el ejecutado en Tlaxcalancingo fue identificado como el responsable de la contabilidad del cártel de los Zetas. El “profe” o el “jirafales” debió conocer la nómina del grupo delictivo a través de la cual se financiaron actividades como las campañas políticas, jueces locales y federales, agentes investigadores y periodistas. 

En el año en que fue detenido en la capital, el país era gobernado Felipe Calderón Hinojosa con el Partido Acción Nacional y en 2014, Enrique Peña Nieto con el Partido Revolucionario Institucional. En el presente al mando del gobierno está Andrés Manuel López Obrador con Morena, pero la narrativa no ha cambiado. En 2024 se cumplirán 18 años de creciente actividad delictiva, caso una generación ha pasado.  

Los Zetas surgieron en la década de los ’90 como un grupo armado bajo la tutela del Cártel del Golfo. Estaba integrado por militares de élite del Ejército Mexicano y de operar en Tamaulipas extendieron su influencia a Puebla, Tlaxcala, Coahuila, Veracruz, Oaxaca y otros estados del país, hasta cubrir casi la mitad del territorio.

La ejecución de Melgarejo Reyes, no hace sino recordar que en Puebla existen aún grupos con capacidad para matar a cualquier hora a quien les resulta incómodo. También enseña que la alternancia política en México nada ha podido contra la operación de sicarios y sus patrones empeñados en extender el derramamiento de sangre.

Lo peor que puede suceder en la sociedad es normalizar ese tipo de conductas, asumir que formará parte de nuestra cotidianidad y perder la capacidad de asombro e indignación ante la complicidad o falta de respuesta a la matazón que ya lleva años.

@FerMaldonadoMX

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