El fracaso de un proyecto

El fracaso de un proyecto
Fernando Maldonado
Parabólica

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

Se cumple la primera semana del súper viernes en el que la dirigencia nacional de Morena anunció ganadores de la interna para convertirse en responsables de la Coordinación de Defensa de la Cuarta Transformación y ya se ve en el camino un reguero de cadáveres políticos.

Lo mismo en la Ciudad de México que en el sureste, Chiapas y Yucatán; Tabasco y Veracruz; Jalisco y Guanajuato, pero particularmente en Puebla, en el que un grupo poderoso y con capital suficiente, fue derrotado.

Con holgura se ha abundado en las razones por las que hubo un ganador, en la persona de Alejandro Armenta Mier, un actor de la política poblana que saltó a la escena nacional por méritos propios.

Lo que se ve tras una semana de ese día fatídico confirmó que los saldos negativos terminó por hacer mayor daño en el conjunto de personajes que gravitaron en torno del ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, el tabasqueño que dejó el edén tropical para hacer política en la capital del país a la sombra de su amigo se juventudes, Andrés Manuel López Obrador.

El proyecto que encabezó hasta que fue enviado al cuatro lugar en la encuesta de la que resultó ganadora la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, fracasó desde entonces y terminó por acentuarse con el tropiezo de su protegido en Puebla, Ignacio Mier Velazco.

Ya se ha escrito en esta columna el pasaje en el que en mayo pasado en casa del empresario Falim Posada, Adán Augusto dijo con toda claridad que no descansaría hasta ver a Mier Velazco convertido en gobernador.

La voz de un personaje con la cercanía personal con el Presidente de México tuvo un efecto psicológico entre quienes asistieron a ese encuentro y dieron como destino cierto el vaticinio del personaje.

No sucedió ni lo uno ni lo otro. López Hernández vive en el limbo de la política, sin capacidad de maniobra en la etapa que vive Morena y su virtual candidata presidencial y Mier Velazco tampoco pudo saltar la aduana de las encuestas que hizo públicas Mario Delgado, el dirigente de ese partido, hace una semana.

Es bastante paradójico que sean ambos personajes los que vivan un proceso de duelo por la pérdida de sus respectivas posiciones pues mientras dispusieron del poder casi omnipresente fueron capaces de operar para excarcelar a presuntos responsables de delitos de cuello blanco, asignar contratos de proveeduría, cargos en el gobierno federal y establecer vetos a quienes resultaban incómodos al proyecto.

Hace unos días una experimentada consultora confió al autor de la Parabólica haber recibido una amenaza por haber ofrecido sus servicios a un aspirante que era contrario al proyecto de Mier Velazco.

La rudeza con la que se condujeron ciertos personajes en el entorno cercano y familiar del ex candidato a la Coordinación de Defensa de la 4T contradecía con hechos la narrativa de quienes intentaron persuadir a quienes dudaron de la honorabilidad y bondad del coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro.

Adán Augusto López Hernández no regresó a Puebla, no consiguió la candidatura presidencial y Mier Velazco tampoco alcanzó la posición que le prometió el tabasqueño lenguaraz.

Detrás de ellos yacen los cuerpos de quienes jugaron con innoble rudeza en la política. Todo mundo sabe que tienen nombre y apellido, en donde están, pero no en dónde encontrarán refugio.

 

@FerMaldonadoMX

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