Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
El presidente municipal de Teziutlán, Carlos Peredo Grau, enfrenta un dilema. De haber jugado mejor sus cartas, habría alcanzado una quintilla la mano de póker que le habría permitido transitar con seguridad hacía un quinto periodo de gobierno en ese lugar considerado como la perla de la sierra.
La historia de este empresario inmobiliario convertido en un cacique local no es nueva, pero conviene recordarla a la luz de la coyuntura que viven los grupos políticos en ese microcosmos convertido en laboratorio electoral con un presidente municipal que abarca 12 años en el mando gubernamental.
Fue presidente municipal en dos periodos por el Partido Revolucionario Institucional, uno por Acción Nacional y está en curso el cuarto periodo por el Movimiento de regeneración Nacional, al que se incrustó a través del ex gobernador Miguel Barbosa, luego de una visita que le hizo en la casa de campaña en la que despachaba Eric Cotoñeto, por la zona del Parque Ecológico.
Es decir, sirvió a los intereses del priista Mario Marín; al panista Rafael Moreno Valle y más tarde a Barbosa, a quien no cesó de lisonjear en reuniones públicas y privadas. Es un símbolo del pragmatismo político del que tanto se espantan en Morena y que obliga a preguntar hasta donde ese partido abrirá puertas al cinismo rampante.
La forma de conducir el cuarto ejercicio de gobierno, la permanencia omnipresente en la toma de decisiones y el exacerbado protagonismo en la vida pública teziuteca ha llevado a este presidente municipal a enfrentar un desgaste que se observa en todo tipo de medición demoscópica. El índice de rechazo a su figura es notorio.
Peredo Grau abrió sus cartas anticipadamente. Buscará administrar su propia sucesión, como ha sucedido en el pasado. Para ello trae sus propios ases: la secretaria general, Floricel González; la diputada local, Karla Martínez Gallegos; la consorte del propio Peredo, Karla Martínez; y el director de Desarrollo Social del ayuntamiento, José Sánchez Núñez, un pragmático servidor que acompaña al edil.
El olfato de este experimentado político falló, según se pudo ver desde que se formalizó el 10 de noviembre pasado que el ganador de las seis encuestas efectuadas por la dirigencia nacional de Morena, fue el senador de la República, Alejandro Armenta por sobre el resto de los aspirantes.
Apostó todo su resto a la carta equivocada, llevado por la emoción y sin más datos precisos que las leyendas urbanas que fueron contadas como verdades absolutas: que la final sería de fotografía entre dos competidores, el diputado Ignacio Mier y el ex secretario de Gobernación Julio Huerta.
Al representante de Claudia Sheinbaum apostó todo su capital y su futuro, movilizó y acarreó, presionó a ediles de la zona para apoyar a la carta equivocada y perdió. Fue la última posibilidad que tuvo para tener una mano perfecta, pero se frustró y deberá hacer maromas y piruetas para poder entrar al círculo político de quien nunca estuvo entre sus prioridades y la nueva etapa para Teziutlán aún está por comenzar. Nada está definido, salvo la turbulencia que vive de este personaje, caracterizado por su pragmatismo.
@FerMaldonadoMX
