parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
Sólo un improvisado en la actividad política y la esfera pública que aspira a escalar en el peldaño del poder se puede aferrar hoy en día a mantenerse en el cargo que ocupa. En el plano federal y los estados la divisa deberá ser estar en condiciones de acompañar el proceso de selección interna en Morena por una razón que sólo podrán entender los iniciados en los rituales sucesorios.
La decisión de abandonar cargos, cargo y financiamiento presupuestal para promoverse con cargo al erario puede convertirse en un salto al vacío por el escaso conocimiento en el imaginario de quienes apenas han saltado a la palestra sucesoria.
Sólo esa puede ser la justificante para resistirse a abandonar la ubre presupuestal que les ha permitido tener acceso a campañas publicitarias callejeras mal simuladas o entrevistas a modo en medios masivos bajo cualquier excusa.
Es en esa misma condición que la próxima semana estaríamos ante una cascada de renuncias y solicitudes de licencia de todo tipo de perfiles si es que el vaticinio general se cumple a partir de la encerrona que encabezó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sólo un lego en la jerga no advirtió que el método que bosquejó Marcelo Ebrard desde hace dos semanas para pedir renunciar a cargos y presupuestos para competir con piso parejo, no se traduciría en una enorme presión política para los competidores por la candidatura presidencial, sino para quienes también corren por esa misma ruta en las nueve entidades, tendrían que actuar en consecuencia.
El resultado y consecuencia era previsible. Sólo quienes auténticamente han hecho trabajo por años tienen manera de competir con solvencia si es que el compromiso presidencial se cumple y no interfiere en la interna de Morena, el partido más votado desde que llegó a la Silla Presidencial en 2018.
Y de paso terminará por atar de manos a los gobernadores que vivirán procesos análogos al Federal una vez que la competencia en Morena entre en una nueva fase a partir del próximo lunes 12.
Las tentaciones locales deberán dejar de ser una constante porque al menos dos de los competidores con mayores y mejores estructuras poseen ojos y oídos en todo el país, particularmente las entidades que tendrán procesos electorales en 2024 como Puebla, Veracruz, Yucatán, Tabasco, Morelos, Jalisco, Guanajuato y CDMX deberán entrar en la misma lógica.
Antes, como ya se ha visto, habrá nerviosismo, estrés y decisiones tomadas al tenor de la nueva coyuntura política.
La otra gran lección ocurrirá a partir de que el plazo perentorio termine según lo determine Morena a partir del domingo próximo: quedarse en la silla del cargo habrá que traducirlo en la abdicación a las aspiraciones trazadas.
La hora de la verdad llegó, no habrá más espacio para la simulación ni el artificio. La toma de decisiones en la disputa por el poder público siempre dejará saldos negativos y daños colaterales, que nadie se equivoque.
@FerMaldonadoMX