Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
En el último tramo del primer sexenio de un partido político en México que se asume como el redentor de pueblo y las causas perdidas, asistimos a la derechización de la izquierda. Tanto tiempo cuestionaron el abuso del dinero público como patrimonio propio para terminar por ser exactamente iguales.
Como en la historia de Macondo en Cien años de soledad, el coronel Aureliano Buendía (Gabriel García Márquez, 1927-2014) se podrá definir sin temor alguno a la exageración, hipérbole indispensable para definir a los militantes de Morena en tiempos de jauja: “Qué raros son los hombres. Se pasan la vida combatiendo curas y regalan libros de oraciones”.
Asistimos a la transformación del partido que lleva como estandarte el lema “primero los pobres” en lo que siempre combatió. Un conjunto de nuevos ricos incapaz de disimular riqueza, entre otros bienes y servicios, adquiridos como en venta de ocasión: fama… y posicionamiento mediático.
De eso habló el presiente Andrés Manuel López Obrador. Forzado por un reportero en su conferencia de cada mañana, termino por dictar un sermón que debería ser asumido como penitencia por quienes todos los días lo invocan como el cardenal de una secta en la que la única voz estentórea es la del supremo: el habitante de Palacio Nacional.
Es exactamente proporcional al número de anuncios espectaculares con propaganda política que promueve a los aspirantes a cargos de elección popular en 2024 por el Movimiento de Regeneración Nacional. El manoseo de ese tipo de recurso que tanto fue cuestionado en el pasado, se convirtió en la divisa principal para la competencia de una interna que está muy lejos de ser honorable.
Cuánta razón tuvo Miguel Barbosa antes de su muerte el 13 de diciembre de 2022 al combatir a empresas y políticos que han puesto en primer plano el uso de mobiliario urbano, estructuras y anuncios de gran tamaño en la vía pública rostros sonrientes (quienes desean aparecer en la boleta siempre sonríen) y dudosas trayectorias.
De quienes aspiran a competir con posibilidades reales en la contienda política de 2024 sólo existen dos perfiles que no han sido promovidos en anuncios espectaculares: el presidente municipal de militancia, Eduardo Rivera Pérez y la aspirante a candidata Xóchitl Gálvez; por Morena, Ricardo Monreal Ávila.
En la feria de las vanidades y la desaforada carrera por alcanzar fama y reconocimiento, el ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y su alfil para la contienda en el estado, Ignacio Mier Velasco, teloneros de un espectáculo que aún está por ofrecer el espectáculo principal.
Son dos competidores por Morena a quienes las encuestas reservan los últimos lugares, a despecho de sus propagandistas. Pero contrario a esa realidad que es soslayada, son quienes más presumen sus rostros en la vía pública, como hicieron en su momento personajes del pasado conservador.
Calcular el número de anuncios contratados es incierto. El gobierno del estado y municipal carecen de un padrón que permita poner métrica y precisión al uso de la vía pública y exceso en la contaminación visual. El dato exacto lo posee cada una de las empresas que ofrece ese servicio, pero es coto privado y nadie parece empeñado en hurgar ahí.
Por eso la pregunta es obligada: ¿harán caso de la palabra del Gran Líder y comenzarán a bajar sus impúdicos anuncios como señal de obediencia?
@FerMaldonadoMX