PIso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
En dos tiempos, la virtual candidata de Morena a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, desarrollará sus visitas a las capitales estatales, que comenzaron el domingo pasado en Morelia: tendrá reuniones a puerta cerrada con los consejeros y consejeras estatales del partido lopezobradorista y luego habrá asambleas con la militancia.
Así ocurrió en Michoacán, en donde la reunión privada fue, literalmente, a piedra y lodo. Después, vino la parte democrática y masiva de su visita, con todos y todas los que quisieron asistir. En la asamblea de estos recorridos, que ha bautizado como “La esperanza nos une”, nuevamente fue completamente accesible y quien quiso y pudo, por la cantidad de gente, se le acercó.
¿Qué pasó en la primera reunión, cuyo formato se reeditará en los demás estados? Trascendió que hubo mensajes fuertes, ultimátum para quienes se quedaron atorados en las querellas y rijosidad de la contienda nacional y también instrucciones muy precisas de cómo fortalecer los comités de defensa.
La unidad es una petición, una recomendación, una convocatoria, un exhorto inspirado e inspirador, pero también una instrucción de quien es ya la generala que está conformando el gran ejército electoral para 2024.
Claudia Sheinbaum Pardo ganará, de eso no hay duda, pero eso no basta para la Cuarta Transformación (4T), sino que se requiere arrasar y conseguir la mayoría calificada en las dos cámaras de Congreso de la Unión.
La intención es que, en el último mes del gobierno de López Obrador, septiembre de 2024, se aprueben las reformas constitucionales, que requieren de las dos terceras partes de los votos de San Lázaro y el Senado, para completar la primera fase de la transformación, tal y como se la planteó al llegar al poder.
La meta, que ya había fijado el presidente Andrés Manuel López Obrador, para cristalizar ese anhelo, es conseguir 66 por ciento de los votos o al menos una cifra cercana.
Esa cantidad de sufragios es casi impensable para el México democrático, en el que la competencia electoral es real. Se consiguió antes, y mucho más, con facilidad, en la etapa del más rancio priísmo, de los candidatos únicos, pero bajo circunstancias completamente distintas: con el control absoluto de los órganos electorales, un autoritarismo descomunal, un clientelismo paternalista y una nación plagada de pobreza e ignorancia.
Hoy, incluso los detractores del régimen reconocen que hay competencia.
Sin embargo, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y Sheinbaum van a la construcción de ese triunfo, en condiciones además de competitividad, aunque no sea un riesgo real de perder las elecciones.
La coordinadora de los Comités de Defensa de la 4T muestra hoy dos ánimos, en sincronía y en paralelo, que la describen y la dibujan de cuerpo entero: es la líder política firme, de mirada constante, de palabras precisas, pero también es la mujer popular y cercana a sus simpatizantes, quienes tienen para ella la sonrisa perfecta y encuentran en Claudia reciprocidad.
La meta es arrasar en junio de 2024. Y la ruta se está construyendo.
@Alvaro_Rmz_V