Piso 17 escribe Álvaro Ramírez
La emergencia que vive el estado de Guerrero, particularmente Acapulco y su zona conurbada, nos ha traído de golpe a una realidad en la que las circunstancias políticas y los apetitos de poder aparecen como nimiedades. Son insignificantes ante la tragedia.
El retraso de las definiciones de las candidaturas de Morena para nueve entidades en que se elegirá gubernatura, aunado al desorden y descontrol interno de ese partido, es prueba de ello. Los resultados se darían a conocer este lunes, pero se han postergado hasta el 10 de noviembre.
Hubiera resultado obsceno ponderar más ese proceso interno en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que la situación que sufren acapulqueños y acapulqueñas, quienes claman por ayuda, la que afortunadamente está llegando, pero aún no es suficiente.
Vale la pena mencionar la rapidez y la certeza con que el gobierno de Puebla ha acudido en apoyo a los habitantes de aquella región. Lo mismo con víveres, con apoyo logístico, en conexión de internet y con el traslado de poblanos y poblanas que estaban varados, tras el paso de Otis.
La magnitud de la emergencia tiene sorprendido y azorado a todo el país. Hay enojo y eso es indudable.
El tamaño de los desastres que dejó el huracán se va conociendo cada día y cada vez se advierten peores. Nadie puede suponer que hay algo más importante, que la atención de la emergencia.
La reconstrucción se llevará años. Ese es el cálculo.
Darles prioridad a temas políticos puede ser un error irreversible, además de una obscena conducta.
Por supuesto que los partidos de oposición están llevando agua a su molino con la tragedia. En algunos casos, señalan responsabilidades con aseveraciones maniqueas. Desinforman, en algunos casos, con dolo.
También es obvio y está a la vista que no ha habido una respuesta los suficientemente efectiva y rápida, para atender los daños y a las personas que resultaron afectadas.
Muchos tenemos un conocido o un familiar que está padeciendo carencias o que no se ha reportado desde el golpe del meteoro.
El ánimo social por la tragedia de Acapulco, sin duda, tendrá consecuencias en las urnas el próximo año por todo el país.
Incluso, aquellos que estén haciendo cálculos políticos, con base en esta emergencia, deberán tener mucho cuidado con lo que hacen y con lo que dicen. La ignorancia y la desinformación son errores que se pagarán muy caros, si es que están pensando en resultados electorales.
No puede ningún partido priorizar sus acciones políticas en este momento.
Es ahora, como nunca, cuando se ve innecesario el tan adelantado proceso que todos los institutos estaban resolviendo internamente.
La pausa era indispensable.
La virtual candidata de Morena a la Presidencia, Claudia Sheinbaum, suspendió todas sus actividades de esta semana y posiblemente así ocurra la próxima. La prudencia es de esperarse que quepa también en otras trincheras.
Es aquí cuando cabe recordar que estamos todavía muy lejos de marzo de 2024, cuando comenzarán formalmente las campañas.
Tampoco se debe ignorar que la tragedia que ha dejado Otis cambia todos los escenarios.
En el pasado reciente, en muchos países y en México mismo, las preferencias electorales se han movido diametralmente por lamentables hechos como el que estamos viviendo y que con tanta gravedad están sufriendo en el puerto.
Lo primero es atender la emergencia.
La prudencia es la mejor herramienta que debemos tener todos.
Mucho más los partidos y los políticos.
No es tiempo de saciar apetitos de poder, cuando hay hambre, necesidad y urgencias.
@Alvaro_Rmz_V