Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Los días de la lucha en el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), uno de los movimientos más importantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se ven hoy muy lejanos. 37 años es toda una vida.
El momento dorado de esa generación y esa fuerza colectiva ocupó de 1986 a 1991.
Al comenzar esa oleada ideológica que logró frenar, entre otras cosas, la reforma privatizadora contra la Máxima Casa de Estudios, Claudia Sheinbaum Pardo cursaba Ciencias y era líder estudiantil.
Hoy, está en la antesala de la candidatura que luego la llevará a Palacio Nacional.
La ruta se ha bregado por décadas y muchas dificultades, reconoció este jueves, ante miles de sus simpatizantes en la Ciudad de México, Sheinbaum, en su último informe como jefa de Gobierno de la capital del país.
Es el último informe porque no regresará al Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
El inexorable camino que comenzó este jueves la llevará —confían ella y su equipo— a la Presidencia, para ser la primera mujer en ocupar este cargo en la existencia de la nación.
“Nunca más un México sin nosotras; nunca más un México donde estemos atrás; nunca más el calladita te ves más bonita. Es tiempo de ser protagonistas de la historia’’, dijo en el Monumento a la Revolución este 15 de junio.
La ahora jefa de Gobierno con licencia de la Ciudad de México no es pionera solamente porque se convertirá, si todo le sale según está trabajando, en la primera mujer en la Presidencia de la República, sino que también es originaria de una generación de idealistas ilustrados quienes, desde las aulas y después fuera de ellas, decidieron cambiar el sistema mexicano, desde adentro, insertándose en éste.
Es una camada que se gestó tras los miles de muertos del Otoño de Tlatelolco, en 1968; que se inspiró en el Mayo de París de ese mismo año convulsionado por todo el mundo, pero que no pretendía poner ni su sangre ni su tiempo ni sus vidas por entero en causas románticas.
Sin embargo, la historia los enfrentó a los últimos coletazos del priato recalcitrante, ya casi en su última década como régimen hegemónico. Eso también es relevante en ella. Los golpes de mazo de su generación contribuyeron al derrocamiento, por fin, del viejo sistema.
“México ya no se escribe con M de machismo, se escribe con M de Madre y M de Mujer… Estoy profundamente agradecida con ustedes que me permitieron servirles en cuerpo y alma durante estos 5 años…
“Dejo la gran tarea de gobernar a este digno pueblo de la ciudad para salir a encontrarme con el Pueblo de México, para dar continuidad a la Cuarta Transformación de la República, para hacer realidad que una mujer encabece los destinos de la nación”, dijo con un énfasis en la voz distinto de otros discursos.
Claudia Sheinbaum Pardo, la jovencita universitaria que, en un video del que nadie advirtió entonces su trascendencia, aparece hablando de las demandas del CEU, en el lejano ya 1986, está en la antesala de la Presidencia de la República.
Desde su comienzo formal en la política y en la función pública, ella ha permanecido al lado de López Obrador.
Sus caminos han ido en paralelo.
A 37 años del CEU, Claudia hoy mira de frente Palacio Nacional.