...por el dolor causado
Es un enojo que crece y que crece y que tiene fin, el que provoca cuando se daña al medio ambiente, a la flora y la fauna, a los animales salvajes y a los domésticos.
Estos últimos, cuanto más, son seres indefensos que se acercan al humano en busca de cierta protección, sin esperar vivir en el peor de los infiernos.
Los casos de Huellitas y Lunita, un perro y un gato que han sido brutalmente asesinados, con una total saña y dolor que enerva, han sembrado la semilla para una marcha en defensa de los que no tienen voz.
Ya se suman por decenas las organizaciones animalistas que exigen respuestas, que exigen firmeza, y sobre todo, que exigen exista autoridad.
Jesús Olmos
@Olmosarcos_