El análisis hecho en la escena del crimen por un agente del FBI y sus subordinados ha resultado 'insostenible' y los testimonios, exagerados, según reporta Milenio.
Un juez federal de Estados Unidos determinó reabrir el caso del exagente de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA por sus siglas en inglés) Enrique 'Kiki' Camarena Salazar asesinado en Guadalajara el 9 de febrero de 1985, así lo dio a conocer la periodista Laura Sánchez Ley en el diario Milenio.
La decisión fue tomada luego de que un expolicía judicial de Guadalajara (Raúl López Álvarez), uno de las últimas personas sentenciadas por el crimen, demostrara que no se respetó la ley en lo relativo a su proceso, debido a irregularidades cometidas por el Buró Federal de Inteligencia (FBI por sus siglas en inglés).
De acuerdo con lo reportado por Milenio, las pruebas que se presentaron "fueron defectuosas, las cuales presentó un agente inescrupuloso, inexacto y corrupto del FBI, Michael Malone, entonces jefe de la Unidad de Pelos y Fibras del Laboratorio de esa entidad de investigación". De acuerdo con Sánchez Ley, el análisis hecho por Malone y sus subordinados fue insostenible y los testimonios exagerados.