Columna invitada de Blanca Lilia Ibarra Cadena
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2023 —realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en colaboración con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)— las y los adolescentes representan el tercer grupo de población que más utiliza Internet en nuestro país.
Esta generación, que dedica 4.7 horas de su día a navegar en Internet, domina el espacio digital al realizar la mayor parte de sus actividades cotidianas en línea. La preparación académica, la comunicación e interacción con amigos y familiares en redes sociales, el entretenimiento y la búsqueda de información, son algunas de las actividades que llevan a cabo en sus celulares, computadoras, pantallas y en consolas de videojuegos.
Esta generación da un uso distinto a las diferentes plataformas, en comparación con la generación que le antecede -los millennials, pues si bien los adolescentes tienen mayor cautela al utilizar redes sociales al considerar aspectos de privacidad y la protección de sus datos personales, su acceso a la información es mucho más informal, pues se encuentra mayoritariamente enfocado a contenidos creados por influencers de plataformas mucho más visuales como TikTok, Youtube e Instagram.
En ese sentido, una investigación del Instituto Reuters identificó que TikTok, Instagram y YouTube han tenido mayor auge entre las generaciones jóvenes. Esas plataformas les permiten consumir contenidos de manera rápida y simple, sin embargo, son las que mayor número de famosos e influencers presentan, por lo que advirtió algunos de los riesgos a los que se enfrentan, entre los que destacan: la desinformación y la falta de pluralidad, porque pocas veces las personas usuarias de la información contrastan o verifican los datos que se han obtenido de dicha interacción, o consultan otras fuentes que no son las que más se adaptan a sus pensamientos o ideologías.
Las y los adolescentes son la generación más conectada y debemos aspirar a que sea la mejor informada. Aprovechar las bondades de las nuevas tecnologías, para promover los contenidos como fuentes confiables, es una tarea en la que las autoridades, las instituciones educativas y las familias debemos contribuir para impulsar en esta generación un consumo más responsable e inteligente de la información.
Inculcar una forma más responsable de informarse, a través del desarrollo de habilidades y competencias de alfabetización mediática e informacional —es decir, de capacidades que les permitan localizar, acceder, evaluar, organizar y utilizar la información de manera ética y eficaz, así como evaluar su calidad, y utilizarla de manera crítica e inteligente— puede comenzar desde los hogares y en los salones de clases.
Por ello, es recomendable que comentemos las noticias y hechos relevantes, desde un enfoque que cuestione y fomente su interpretación; el acompañamiento en casa y en la escuela en la obtención de información es importante para evitar que se sientan abrumados o confundidos con la cantidad y diversidad de los contenidos informativos. Además, debemos considerar que, mientras se promueve su curiosidad, es importante enseñarles sobre la diferencia entre hechos y opiniones, a efecto de que las y los adolescentes sean capaces de identificar los hechos verificables de los juicios y valoraciones emitidos por la persona comunicadora.
En las familias sabemos que acompañar el proceso y su consumo de información es fundamental para protegerlos de contenidos inadecuados o peligrosos, y también para sembrar en nuestros hijos e hijas una forma de informarse desarrollando sus capacidades, pues no sólo se requiere del conocimiento sobre el uso de las tecnologías, sino de la capacidad de buscar, acceder y evaluar la información.
@bl_ibarra