Gemini Live: ¿interacción o invasión?

Gemini Live: ¿interacción o invasión?
Carlos Miguel Ramos Linares
Ecosistema digital

Ecosistema digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares

Google ha vuelto a marcar el ritmo de la innovación tecnológica con el lanzamiento de una función que podría redefinir por completo nuestra relación con la inteligencia artificial. Se trata de Gemini Live, la nueva actualización de su asistente inteligente, que ahora es capaz de ver lo que ocurre en la pantalla de tu móvil o a través de la cámara en tiempo real. Con esta integración visual, Gemini da un salto cualitativo y se posiciona como un serio contendiente frente a ChatGPT, superándolo en capacidad de interacción contextual.

Aunque la función fue anunciada en marzo, es ahora cuando Google ha logrado implementarla oficialmente. Y si bien está reservada para los usuarios de Gemini Advanced, su versión de pago, la compañía ha dado la sorpresa al ofrecer acceso gratuito a quienes utilicen dispositivos Pixel 9 o Galaxy S25. Este movimiento estratégico no solo amplía la base de usuarios, sino que también democratiza el acceso a una tecnología que, hasta hace poco, parecía exclusiva de la ciencia ficción.

La llegada de Gemini Live plantea avances tecnológicos emocionantes, pero también enciende alarmas legítimas sobre la privacidad de los usuarios. El hecho de que una inteligencia artificial tenga acceso en tiempo real a lo que ves en tu pantalla o enfocas con tu cámara introduce una nueva dimensión de vigilancia digital que aún no ha sido regulada con claridad.

En primer lugar, el uso de la cámara y la pantalla como canales de entrada para la IA implica una recolección constante y potencialmente invasiva de datos visuales. Aunque Google ha asegurado que respeta los estándares de privacidad y que el procesamiento se hace de forma segura, el simple hecho de que una IA pueda interpretar lo que ocurre en tu entorno físico —tu casa, tus documentos, tus interacciones— plantea dudas serias.

Algunos aspectos preocupante es la normalización de la vigilancia asistida. Al igual que ocurrió con los micrófonos en los asistentes de voz, la gente podría empezar a permitir el acceso visual a la IA sin leer los términos ni entender las consecuencias. Si bien hoy la función se activa manualmente, no es descabellado pensar que futuras versiones integren este acceso de forma más automatizada o incluso predeterminada. La línea entre conveniencia y control es cada vez más delgada.

También entra en juego el impacto sobre terceros. Si estás usando Gemini Live en un espacio público o compartido, ¿qué ocurre con las personas que aparecen en cámara sin haber dado su consentimiento? Esta cuestión recuerda a los dilemas que surgieron con las cámaras de seguridad domésticas o los dispositivos de reconocimiento facial. La diferencia es que ahora, la cámara no solo capta: interpreta y responde.

Por último, está el tema de la privacidad contextual. Las cámaras pueden capturar información no intencionada: desde la portada de un libro en tu mesa, hasta documentos confidenciales, ubicaciones, rutinas o elementos personales. Incluso si no estás mostrando esos elementos de forma directa, la IA puede detectarlos en segundo plano y generar inferencias a partir de ellos.

@cm_ramoslinares

Banner Footer 2