Ecosistema digital escribe Carlos Miguel Rams Linares
En días recientes, la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT) actuó con firmeza contra el servicio irregular de taxis piratas que desde hace algún tiempo opera sobre Periférico Ecológico, particularmente en la zona metropolitana. Es importante traer a la memoria que en el 2024, las autoridades identificaron más de 1,700 “taxis pirata” operando en municipios conurbados como San Andrés Cholula, Coronango y Cuautlancingo.
Ante esta realidad, el gobierno implementó operativos para erradicar estas unidades e incorporó unidades de transporte público formal en la ruta del Periférico para suplir la demanda de pasajeros, además de obra pública. Al hacer esto, el mensaje es claro; cero tolerancia a servicios irregulares.
La razón se escuda en la ley, son vehículos que operan sin seguro, carecen de medidas de seguridad adecuadas, existe sobrecupo en viajes, y un largo etcétera de consecuancias de una visión de la movilidad, como modelo de negocio.
Esta semana escuché a periodistas y medios de comunicación comparar esta operación irregular con la de un acto delictivo, robar concretamente. “Manejar un taxi pirata es lo mismo que robar”, decían. Una comparativa que carece de seriedad, análisis y que responsabiliza únicamente a una parte, la de los taxis piratas.
A través de los medios se continúan reforzando la idea de un continuo fortalecimiento democrático que se traduce en estabilidad social y minimiza las debilidades institucionales, muchas veces por inercia, empatía ideológica-política o por mero interés económico, los medios se encargan de polarizar la opinión pública a través de enfrentamientos mediáticos que desprestigian viejas luchas sociales.
Viajar en un taxi pirata es inseguro, como lo es viajar en transporte público. La ciudadanía merece una política de movilidad coherente, inclusiva y sostenible, no un mosaico de medidas reactivas. Es positivo que se combata el transporte irregular cuando este representa peligro y evade la normatividad; nadie quiere servicios inseguros o fuera de control. Pero esa misma energía debe dirigirse a atacar las causas que dan origen a tales fenómenos.
Si existen “taxis pirata” o mototaxis es porque hay demandas de movilidad insatisfechas. Erradicarlos sin más, o dejarlos operar sin orden, son soluciones fáciles pero cortoplacistas. Lo realmente transformador sería garantizar alternativas formales, accesibles y seguras en todas las comunidades, de tal modo que ningún poblano tuviera que recurrir a transportes clandestinos.
Eso implica planear rutas, invertir en transporte público donde hoy no lo hay, y quizá incluso integrar a ciertos prestadores locales bajo los estándares que la ley prevé. Es a través de la crítica informada, la participación ciudadana y la rendición de cuentas que se puede alcanzar acciones con el ideal de movilidad que merecemos: uno donde la legalidad no esté reñida con la sensibilidad social, y donde moverse por Puebla no dependa de la suerte, más bien de un derecho garantizado para todas y todos.
@cm_raomslinares