Las señales de Armenta

Las señales de Armenta
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado 

Llegó al gabinete de Alejandro Armenta un excandidato a gobernador del PRI. Se trata de Alberto Jiménez Merino, un cuadro del cenecismo en México que fue uno de los sectores que dio viabilidad al priismo con su llamado “voto verde”, cuando el corporativismo político se extinguía.

Ha ido de la tarea técnica en el campo a la política partidista y el servicio público. Como la titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Ana Laura Altamirano, es un egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, de donde llegó a ser rector. Es un “chapinguero” como su compañera de gabinete.

Detrás del nombramiento de Alberto Jiménez Merino como nuevo director del Comisión de Agua y Saneamiento hay señales políticas que no deben pasar inadvertidas. El momento, lugar y circunstancia revela un contexto que solo los iniciados habrán encontrado tras el anuncio en la víspera de este perfil que no es nuevo en la escena.

Además de legislador -local y federal- Jiménez Merino hizo campaña y compitió por la gubernatura en la elección extraordinaria contra un duro de la izquierda como Miguel Barbosa, en la que también apareció el académico Enrique Cárdenas y cuyo resultado abrió las puertas a la izquierda por primera vez en la historia política en el estado.

Jiménez Merino fue abanderado cuando nadie en el priismo había querido tomar la estafeta. En la jornada previa que debió de anularse había sido candidato Enrique Doger, siempre con la mácula de una negociación espuria entre la dirigencia nacional priista con los Moreno Valle -Rafael y Martha Erika- para perpetuar ese grupo político en el mando poblano.

El ahora funcionario de Armenta hizo campaña solo. Sin dinero, aparato o estructura, fue también abandonado por los cuadros dirigentes del PRI. El periódico Cambio en el que es socio Ignacio Mier y en el que por mucho tiempo tuvo influencias Enrique Doger   , publicó en marzo de 2019 con amplitud una rueda de prensa en la que se le consideró “representa lo peor del PRI”.

Ufano, Doger negó todo el apoyo a quien consideraba una comparsa para hacer ganar a Miguel Barbosa en un juego de vencidas en medio de un nuevo tablero con ausencias y nuevos jugadores. Fallecidos los Moreno Valle-Alonso Hidalgo, la ola lópezobradorista vivía aún una cresta alta como sucede hasta nuestros días.

Es un especialista en el uso y aprovechamiento del agua que llega a esa encomienda en un momento justo cuando ese recurso vital para la vida en la tierra ha sido puesta como una alta prioridad para la presidenta Claudia Sheinbaum luego de años de usufructo y comercialización.

No es la primera vez que Armenta y Jiménez Merino juegan en la mima cancha. El primero como titular del Registro Nacional de Población en la Secretaría de Gobernación y el segundo como delegado de Comisión Nacional del Agua en Puebla en el gobierno de Enrique Peña Nieto en 2012.

La relación es mucho mas añeja pues en enero de 2005, en el gobierno de Mario Marín Torres el nuevo titular de la Comisión de Agua y Saneamiento era el responsable de la política agraria y el gobernador, en el gabinete ampliado como director del Sistema del Desarrollo Integral de la Familia.  Dos décadas han pasado.

A todas luces la decisión de designar a Jiménez Merino se trató de una jugada de alta precisión política porque habilita a un cuadro que ha jugado en diversos planos, con una lealtad probada y en un contexto en el que nadie puede controvertir, ni siquiera el sector duro de Morena.

 

@FerMaldonadoMX