parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
Los órganos de decisión política nacional en Morena dispusieron las reglas de competencia interna rumbo al 2024 y los consejos locales deberán acatar sin reparo alguno. Es cosa de tiempo, no antes ni después.
El engranaje de la maquinaria ha sido echado a andar. El mecanismo resultó de un ejercicio no visto en escenarios análogos a los que vive el partido político en el poder.
Que nadie se engañe, el gran acuerdo del Consejo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional puso plazos y candados para los aspirantes. Va en lógica de conservar pesos y contrapesos para mantener la unidad del partido que fundó Andrés Manuel López Obrador sobre los vestigios de los partidos tradicionales a quienes les ganó la tentación del amiguismo, el comadrazgo y la verticalidad en la designación de candidaturas o carteras.
La virtud del proceso decisorio descansa en ello, si es que se cumple pie juntillas, sin intromisión de notables, apellidos y oportunismos.
Si López Obrador es capaz de evitar la tentación de imponer o inclinar la balanza en el proceso que comenzó este domingo, el ejemplo en el resto de las entidades deberá cundir en aras de alcanzar el piso parejo e igualdad de condiciones para todos los competidores, en el país y los estados, a contrapelo del imaginario en el sentido de imponer a un perfil a modo, que le permite perpetuar el voluntarismo a que todo hombre de poder se somete, más allá del mandato entregado.
En la entrega del viernes La hora de la verdad (https://parabolica.mx/2023/columnas/parabolica/item/7067-llego-la-hora-de-la-verdad) ya se había anticipado que quienes han expresado su intención de contender en la interna del partido en el poder, también deberán abandonar cargos, fueros y presupuestos.
Para ello deberán acordar los órganos de decisión en los estados del país en los que habrá renovación del poder público, destacadamente Puebla, la entidad convertida este fin de semana en vértice del capítulo político que se vive en la República.
En un plazo perentorio deberemos ver al coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier fuera de San Lázaro, sin dieta legislativa ni presupuesto; al presidente del Senado, Alejandro Armenta en la misma condición; y lo mismo con los secretarios de Gobernación y de Economía, Julio Huerta y Olivia Salomón, respectivamente.
Queda aún pendiente cómo definirán los mecanismos de control para evitar que dinero socio entre a las internas de Morena. Los usos y costumbres del sistema político en el mundo han dado muestras de haber utilizado financiamientos indecibles.
En el mejor de los escenarios, los recursos que han permitido actividades de la campaña simulada tendrían que venir del dinero de grupos empresariales con actividades lícitas; el peor es que el de mismo mecanismo para aceitar la maquinaria preelectoral venga de actividades criminales, a saber.
No serán buenas noticias para quienes a partir te afectos personales, improvisaciones, falso linaje o amiguismo se han dejado tentar por el acceso al poder público sin antes pasar por el oficio de la política. Las encuestas deban ser el termómetro para la toma de decisiones.
El mecanismo parece que ni pintado. Habrá que esperar para saber hasta dónde estarán silueteas a cumplir son sus propias reglas. Al tiempo.
@FerMaldonadoMX