Politiquería

Politiquería
Humberto Aguilar Coronado
Palabra de Tigre

Palabra de Tigre escribe Humberto Aguilar Coronado

La política se ha definido de muchas maneras desde que los seres humanos empiezan a reunirse para proponer o imponer un orden, para una sana convivencia y desarrollo de las comunidades en las que se encontraban.

En ese esfuerzo, aún ahora, deben integrarse la inteligencia y voluntad de las personas que conviven en sociedad, porque en caso de no hacerlo, el resultado puede ser el envilecimiento de la vida social.

Desde mi particular punto de vista, considero que la política es una actividad noble y superior que se realiza para la búsqueda del bien común, es el arte de conjugar lo deseable con lo posible, a partir de lo disponible.

Ya Aristóteles afirmaba que la filosofía de las cosas humanas culmina con la política.

Por eso, hoy que nuestro país necesita el ejercicio de una auténtica política, en el que las partes que la conforman sean respetadas y valoradas, al tiempo de entender quién representa la autoridad, quiénes son los gobernados y cuáles son sus obligaciones, extraña sobre manera que, al primer cuestionamiento a su ejercicio por parte de la oposición o de algún medio de comunicación, se descalifique a la política, llamándola “politiquería”.

La utilización de este despectivo término no es nueva en México, especialmente, se utilizó por el anterior presidente de la república cada vez que no estaba de acuerdo con alguna crítica o algún señalamiento de corrupción, de falta de transparencia, de exceso de cinismo o de cumplimiento de “sus” mandamientos para gobernar.

Con esa manera de expresarse desde el púlpito presidencial, se pretende descalificar señalamientos muy graves de corrupción que se han presentado desde hace varios años, pero que comienzan a salir a la luz pública.

Algunos afirman que por la exigencia del gobierno de los Estados Unidos y otros porque ya no es posible tapar con un solo dedo, todos los excesos cometidos desde el poder.

Cualquiera que sea el caso, desde el Gobierno se deberían de atender esos reclamos y esas evidencias, en lugar de descalificar a quienes les han dado seguimiento a diferentes casos conocidos de corrupción.

La reciente expresión de la presidente de descalificar la presentación formal de una denuncia penal por parte de un Diputado Federal de la oposición, en contra del hijo del expresidente, el gobernador de Tamaulipas, la actual presidenta del Tribunal Superior de Justicia del mismo estado y de quién fuera el titular de Aduanas en el Gobierno de López Obrador, calificándola de politiquería, no es lo que se espera de ella como titular del ejecutivo y encargada (obligada) a buscar la armonía social y política, aceptando los canales institucionales para la expresión y denuncia de actos presuntamente ligados a la corrupción, en este caso, de lo que se conoce como “huachicol fiscal”.

El abogado chileno Mario Verdugo afirma que “la politiquería es la degeneración de la política: el aprovechamiento egoísta del poder o de la posición pública para fines de su vanidad o empobrecimiento”.

¿Estamos ante el aprovechamiento egoista del poder para encubrir a los responsables del que quizá sea el fraude más grande a la nación?

Antes se aprovechaban las influencias desde el poder para la asignación directa de contratos a los amigos de los hijos del presidente, con el evidente beneficio económico, pero ahora, se roba desde el poder al poder mismo, quitandole la posibilidad al gobierno de ingresar recursos adicionales.

Tal parece que la politiquería, entendida como el trato de la política con superficialidad o ligereza, viene desde el poder.

 

@Tigre_Aguilar_C

*Es politólogo