Ecosistema digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares
En pleno 2025, el internet se ha consolidado en México no solo como una herramienta cotidiana, sino como el epicentro de nuestras relaciones, entretenimiento y consumo. El reciente estudio de Comscore describe una población altamente digitalizada, con 78 millones de usuarios y un creciente apetito por contenidos en redes, streaming, juegos y comercio electrónico.
Las 23 horas mensuales dedicadas a redes sociales —especialmente WhatsApp y Facebook— confirman que gran parte de nuestra comunicación, ocio y noticias se realizan dentro de estas plataformas . Sin embargo, también emergen dilemas: ¿estamos sustituyendo la conversación cara a cara por pantallas? ¿Es sostenible este nivel de exposición digital?
El notable crecimiento del YouTube en televisores inteligentes, con 1.7 mil millones de horas vistas, indica un cambio en el uso doméstico de internet. Hoy ya no es suficiente con consumir video en el celular; se busca una experiencia visual más rica y compartida. Este fenómeno marcará el futuro del entretenimiento en casa, presionando a los servicios tradicionales y a los publicistas por ofrecer contenidos más interactivos y meditativos.
Con un mercado regional que supera los 10 mil millones de dólares y una adopción del 80 %, el gaming en México está lejos de ser un entretenimiento de nicho . Las dinámicas sociales dentro de los juegos y los e-sports están abriendo nuevas formas de comunidad, marketing y profesiones.
El salto de 6.3 GB al mes en consumo móvil junto al uso diario de 4–6 horas subraya una dependencia creciente del internet. Pero también revela tensiones: los usuarios se sienten atrapados por contratos y consumos opacos. Esta tensión presionará a operadores y reguladores a ser transparentes y responsables con el usuario.
Algunas predicciones
Con el aumento en el consumo via CTV y redes sociales, las marcas invertirán más en formatos de publicidad interactiva basada en inteligencia artificial y datos. Veremos experiencias personalizadas que conecten visualmente al usuario con la compra.
El internet dejará de ser solo un canal para lo individual; se consolidará como el ambiente principal para convivir: por ejemplo, usando el celular para compartir video en TV o hacer transmisiones en vivo en familia.
Con el crecimiento del gaming, veremos elementos lúdicos integrados en campañas, educación y networking. El gaming pasará del pasatiempo al motor cultural y económico.
La crisis de datos móviles fomentará la exigencia por planes justos, explícitos y regulados. Asimismo, los usuarios buscarán alternativas más económicas, impactando la estrategia de precios de los operadores.
Nuestro consumo intensivo lleva aparejado un riesgo: adicción digital, brechas informativas y sobreexposición. En respuesta, surgirán herramientas de bienestar digital, controles parentales, y campañas de alfabetización digital y emocional.
La línea entre internet móvil, TV conectada y aplicaciones se difuminará. Se levantará un ecosistema interconectado donde las transiciones entre dispositivos y plataformas serán casi instantáneas, obligando a marcas y creadores a pensar en experiencias omnicanal.