Parabólica - Periodismo en Red

Palabras clave: machismo, conservadurismo, ultraderecha, homofobia, misoginia, educación.

El 2025, como cualquier año que recuerde, inicia con esperanza y buenos deseos para todas las personas del mundo. Claro, eso en la superficie; cuando exploramos lo que subyace, nos damos cuenta de que el mundo sigue siendo tan desagradable como en el 2024: el genocidio en Gaza y Cisjordania continúa con total impunidad para Israel; el conflicto en Sudán prosigue con todo y el drama humanitario que se vive ahí sin que a nadie le importe; la guerra de Ucrania, uno de los conflictos más extraños y absurdos del día de hoy amenaza con no terminar en elfuturo cercano; las derechas y las ultraderechas avanzan en el mundo y se instalan peligrosamente en el poder, como es posible que suceda en Francia y como ya está pasando en Estados Unidos con la llegada del mamarracho Trump; y en nuestro país, la violencia, incluida la de género, adquiere nuevos impulsos. En este espacio me centraré en el avance de esas derechas y lo que significan para el desarrollo de sociedades más justas e inclusivas, donde el patriarcado poco a poco se convierta en una especie en extinción.   

Como lo he dicho en otras entregas, pareciera que el patriarcado y el machismo se niegan a desaparecer y se defienden de forma tenaz y su máxima expresión es la violencia de género, en todas las formas que tiene de manifestarse. Pero hay violencias más sutiles, ocultas detrás de concepciones aparentemente legítimas, sustentadas con demasiada frecuencia por diversas religiones como la católica o numerosas iglesias cristianas y esgrimidas por facciones de ultraderecha en todo el orbe. El ejemplo más claro de esto lo vemos en la denominada “ideología de género”. Según el portal del Inmujeres, la ideología de género “es un término que se utiliza de manera negativa y despectiva para cancelar o desestimar la diversidad sexual y de género a la que se han ido abriendo las sociedades, las culturas y las naciones.  (…) Al denominarla ideología se hace referencia al carácter dogmático que se presupone respecto a las ideas de igualdad, empoderamiento y respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad. Se rechazan los movimientos feministas y de la diversidad argumentando que van en contra de la naturaleza y de la familia y que operan poniendo en peligro el orden social establecido”.Tal concepto es una reacción -típica de grupos reaccionarios, valga la redundancia- para torpedear los avances logrados a través de décadas de luchas feministas y de grupos LGTBIQ+ lo que ha implicado cambios funamentales; no les gustan los cambios, de ahí que se les denomine conservadores. 

Ejemplos de esta lucha en contra de tales avances, los encontramos en América Latina.De acuerdo con el portal de Global Equality Caucusa “finales de febrero del presente, el gobierno de Argentina dio aviso que, en toda la administración pública, quedaba prohibido la utilización del lenguaje inclusivo y la perspectiva de género, esto con el argumento de que ‘se ha utilizado como negocio de la política’. El ministro de Defensa, Luis Petri, incluso declaró ‘la obligatoriedad del idioma castellano, conforme a las normas de la Real Academia Española’, esto según él para ‘eliminar formas incorrectas del lenguaje’. (…) En El Salvador, el gobierno del presidente NayibBukele ha abordado la cuestión de la ‘ideología de género’, centrándose primero en prohibir temáticas que considera de este tipo en las escuelas, por esto en la Conferencia de Acción Política Conservadora en Estados Unidos mencionó que es ‘importante que el currículo no lleve esta ideología de género y todas estas cosas’, además que ‘los padres deben estar informados y tener voz y voto en lo que van a aprender sus hijos’”. Todo material que haga referencia a dicha “ideología” queda eliminado en los contenidos educativos so pena de recibir sanciones. Las ultraderechas cuelan sus discursos en los huecos restantes en la formación colonial y claramente conservadora de las familias de América Latina en general y de México en particular. La cosa es simple: si nos consideramos “abiertos o liberales”, pero conservamos resabios misóginos -como por ejemplo, la idea de que a las mujeres corresponde el hacerse cargo de los hijos- u homofóbicos -como pensar que parejas del mismo sexo no pueden adoptar hijos pues existe el “riesgo” de que los perviertan-, quizá simpaticemos parcialmente con estos discursos y estaremos a favor de que los contenidos encaminados a construir mejores relaciones de género queden fuera de las escuelas. Los grupos ultraconservadores están aprovechando las democracias occidentales y los fracasos de grupos de izquierda y liberales moderados para instalarse en el poder. ¿Personas como Milei o Bukele tienen una ideología clara? No necesariamente, pues cuando Bukele era de Izquierda, sostuvo reuniones con organizaciones pro aborto y LGTBIQ+;estarán con quien los patrocine y con la posición que detenten. El asunto es que se convierten en esos caballos de Troya dentro de los cuales entran al poder estos grupos. El 2025 puede ser el momento liminar en que las ultraderechas se hagan del poder infectando numerosas regiones en el mundo; de esa manera, podrán abiertamente imponercensuras, cortes e imposiciones argumentandosu“legítima defensa de los valores” más importantes para nuestro mundo occidental y bien colonizado en donde la tónica es la misoginia, la homofobia y el odio oculto detrás del conservadurismo más ramplón. Ideología de género… ¡fruslerías para ocultar intolerancia, discriminación y odio!