Lunes, 10 Marzo 2025 18:45

Secreto y silencio

Escrito por
Valora este artículo
(0 votos)

Machomenos escribe Israel León O’Farrill

Palabras clave: machismo, secreto, silencio, violencias, abuso sexual, violación.  

En una de las marchas del pasado 8 M leí una pancarta que decía: “Que los secretos familiares dejen de encubrir violadores”. Por supuesto que la frase me hizo reflexionar y mucho. ¿Todos tenemos secretos familiares? Supongo que sí, todas las familias ocultan una cosa u otra que los avergüenza. Por ejemplo, el hermano adicto; el tío que está en un penal; la tía que le encanta “la copita”. El grado de vergüenza y secrecía dependerán de la gravedad del caso. Las familias ultraconservadoras ocultarán a la tía solterona, al hermano gay, a la hermana feminista, a la prima que abortó, a la tía que es madre soltera; sin embargo, las peores y las más hipócritas habrán de ocultar bajo el silencio más cerrado al tío abusador sexual, al padre violador, al hermano golpeador, al padre que tiene otra familia, a la madre o al padre que prácticamente prostituyen a sus hijas para obtener beneficios, al primo que toquetea y un largo y sórdido etcétera. A su vez, el silencio de la familia frente a las situaciones cotidianas de machismo y abuso físico, psicológico y sexual es común. Al “pater familias” y a sus congéneres varones no se les cuestiona. Su entorno, especialmente el femenino, debe callar ante los albures, comentarios soeces, toqueteos incómodos y ante cosas tan graves como la violación. ¿Cuántas veces no hemos escuchado que la víctima es ignorada e incluso revictimizada dentro de la familia cuando denuncia al tío, hermano, primo o al padre? Y luego también en el Ministerio Público o ante el Juez, todos ellos hombres o mujeres cómplices del patriarcado más nauseabundo. Secreto y silencio, fuertes herramientas con las que cuenta el patriarcado para perpetuar la depredación de mujeres y hombres por igual.

Las instituciones más tradicionales de nuestro país, la familia y las iglesias de cualquier denominación, protegen su integridad patriarcal de las formas más atroces y el silencio y el secreto quizá sean de las más dañinas especialmente cuando se trata del abuso sexual, la violación o la violencia física. En el artículo “La violencia, los hombres y el secreto familiar: un estudio de caso con intervenciones desde la perspectiva sistémica”, escrito por Jaime Sebastián F. Galán Jiménez, Mariana Tapia Mendoza y Andrea Robledo Martín del Campo y publicado en la Revista Redes Digital (2023), se dice que “los secretos familiares consisten en ocultar información, por medio del silencio, aquello que se sobreentiende y se inicia como un encubrimiento consciente de aquello que puede afectar a una familia, y que se ve reflejado en la dinámica y vínculo que se puede mantener por medio de pautas comunicacionales violentas o dañinas, al encubrir los sucesos al interior de una familia”. De acuerdo con los resultados obtenidos por los investigadores, el ocultar una actitud violenta puede llegar a generar otras conductas violentas en los que ignoran la verdad y que, de saberla, podrían quizá cortar el ciclo. Quienes investigan comentan que “Cirillo (2012) en su libro Malos padres, afirma que cuando se vive violencia física o psicológica al interior de la familia, no sólo se guarda el secreto, sino que muchas veces pueden el niño o la niña que la vive culparse a sí mismo para mantener idealizadas a los padres, pero que dicha maniobra socava su identidad y autoestima. También realza que existen diferentes tipos de negaciones (que podrían llevar a guardar secretos) en la familia: negación de los hechos, de la conciencia, del impacto y la responsabilidad. De la mano de este fenómeno se encuentra también el de difícil reconocimiento que apunta De la Cruz (2008) cuando se tienen intenciones o conductas hostiles hacia los hijos por la relación que se tuvo con la pareja o, como se verá en este caso, con los hombres en el pasado”.

Invito a quien lea esto a que se adentre en el estudio de estos investigadores que exhiben las nefastas consecuencias que puede llegar a tener la negación de un suceso como fútil intento por borrarlo. En el entorno de quien ejerce la violencia hay afectaciones reales que, de no reconocerse y tratarse, pueden eventualmente reproducir el fenómeno. Con demasiada frecuencia también, el secreto y el silencio impiden que las víctimas de esas violencias, como reza la pancarta que mencioné al inicio, tengan algún tipo de justicia y carguen incluso con la culpa de ser quienes “provocaron” esas violencias. El secreto y el silencio han sido y siguen siendo poderosos aliados del machismo y sus violencias tanto en la familia como en la escuela o trabajo y han sido maravillosamente apoyados por las iglesias -entre otras instituciones- que, como hemos dicho, so pretexto de la conservación de las familias, han protegido y cobijado a generaciones enteras de violadores, golpeadores, abusadores sexuales, pederastas, entre muchas otras lacras, no sólo al interior de sus templos, sino en el seno mismo de las familias. Por más que nos duela, será más relevante investigar una denuncia de un niño o de una niña, que la protección de un monstruo, así se trate de un hermano, un padre, un tío, un abuelo o un amigo. Nunca, pero nunca, debemos anteponer el prestigio o la reputación frente a las secuelas irreversibles y terribles de estas violencias en nuestras y nuestros niños y jóvenes. Sin duda, nuestras sociedades serían mejores si la honestidad, la comunicación y la acción oportuna fueran la tónica.              

Información adicional

  • twitter: @
Visto 52 veces Modificado por última vez en Lunes, 10 Marzo 2025 21:10
Más en esta categoría: « Internacional ultra macha
Banner Footer