Sin rumbo

Sin rumbo
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes

El Blog de Puebl Deportes escribe Antonio Abascal

La historia de hoy está conformada por cuadros que representan momentos futbolísticos: Primer cuadro: 5 de julio de 1982 en Barcelona; Italia se impone 3-2 a Brasil clasificando a las semifinales del mundial de España 82 con tres goles de Paolo Rossi, con un Claudio Gentile que después de secar a Maradona con una “marca persecutoria”, como llamaba Menotti a las marcas personales, también secó a Zico, con una Brasil que hizo honor a la frase de su técnico, Telé Santana “prefiero perder jugando un futbol bonito que ganar jugando mal”. Esa tarde en el Estadio de Sarriá (en ese momento, casa del Espanyol) la verde-amarela jugó cinco mediocampistas de gran calidad: Toninho Cerezo, el capitán Sócrates, que dentro y fuera de la cancha siempre hizo honor a su nombre como un futbolista pensante, Zico que pasaba por el mejor momento de su carrera, Falcao y Eder que se tiraba a las bandas y destacaba por su gran disparo de media distancia; Italia eliminó al mejor equipo de ese torneo y se enfiló a su tercer campeonato mundial, pero cuarenta y tres años el recuerdo de esa Brasil permanece entero entre las personas que la vieron jugar; Telé Santana no levantó la copa, pero logró algo más importante: Que mucha gente se enamorara del futbol y que con el paso de los años, su equipo siga siendo recordado con mucho cariño y admiración.

Falcao llegó a decir que Santana cambió a la selección brasileña, que desde los entrenamientos los jugadores se divertían y que pedía a los laterales que fueran al frente, le gustaba que los centrales no sólo fueron fuertes en aspectos defensivos, sino que tuvieran buen manejo de balón para lograr una salida limpia.

Segundo cuadro: 21 de junio de 1986 en el Estadio Jalisco de Guadalajara, Brasil empata a uno con Francia en los cuartos de final de la Copa del mundo; hasta ese momento el equipo de Santana no había elaborado el mismo futbol de magia que cuatro años atrás en España, sus estrellas eran veteranas, Falcao no estaba al mismo nivel, Zico vivía entre algodones perseguido por las lesiones, Sócrates era el que levantaba la mano en el mediocampo, aunque todavía había magia con los golazos del lateral Josimar y con Careca como delantero, el hombre que no pudo estar en España 82 y que, tal vez, habría escrito otra historia. Pese a ello, Brasil ganó sus tres partidos de la fase de grupos, con polémica a una buena selección española por 1-0 con el gol de Sócrates, a Argelia e Irlanda del Norte, para golear a Polonia en octavos de final; hasta ese 21 de junio, la canarinha no había recibido gol.

Esa tarde en el Jalisco alinearon tres mediocampistas: Alemao, Elzo y Sócrates, todavía aparecía el gran lateral Junior que había brillado igualmente en España 82, Careca abrió el marcador al minuto diecisiete culminando una brillante acción colectiva donde Muller se botó para recibir un pase de Josimar, giró y encontró a Junior para realizar una doble jugada de pared que permitió a Junior llegar por el centro con dos alternativas por derecha el propio Muller, que ya entraba al área, y por izquierda Careca, el veterano prefirió al segundo quien fusiló a Joel Bats con un golazo que recordó a la Brasil 82; la elegante Francia, más técnica y menos física que la actual versión, empató en el cierre del primer tiempo cuando su estrella, Michel Platini empujó un centro al segundo poste tras una acción donde Alain Giresse profundizó a la derecha con Manuel Amorós (quien años más tarde estuvo a punto de jugar para el Puebla) y el lateral abrió a Dominique Rochetau quien envió un servicio que fue desviado, Stopyra no llegó al remate pero el balón siguió su curso y Platini sólo empujó porque el guardameta Carlos se había tendido para impedir que Stopyra rematara.

Lo que siguió en el segundo tiempo fue de una gran belleza, técnica en toda la cancha, llegadas en ambas porterías, juego ofensivo y mucha calidad; al 71, Zico ingresó por Muller y dos minutos más tarde filtró un gran pase a Branco que había robado un balón en la defensa y había salido en una de sus típicas descolgadas, el pase fue tan bueno que lo dejó en el área francesa contra Bats, se lo quitó y recibió la falta del guardameta para un claro penal, Alemao, Branco y Careca festejaron la marcación, Zico le pidió la pelota al capitán Edinho, pero su disparo fue a media altura y cerca de Bats quien se tendió para rechazar. El juego siguió con su tónica llena en técnica y belleza, Careca tuvo otra gran oportunidad tras una pared con Zico, pero su disparo salió débil. Así se llegó a un tiempo extra que no desentonó, aunque sin goles, en el que Santana sacó a Junior para dar paso a otro mediocampista que había brillado en el mundial sub 20 de la URSS en 1985, Paulo Silas, y en los penales fallaron otras figuras como Sócrates y Platini; al quinto penal llegaron empatados, Julio César un central que gustaba mucho por su técnica la puso al palo y Luis Fernández acertó para mandar a Francia a las semifinales.

Tercer cuadro: Domingo 10 de junio de 1990, Brasil debuta en Italia 90 ante Suecia bajo la dirección de Sebastiao Lazaroni, quien apostó por jugar con tres centrales, con dos recuperadores en el mediocampo como Alemao y Dunga, con sólo un talentoso en la creación que podían ser Valdo o Silas. Esa Brasil ganó 2-1 a Suecia, 1-0 a Costa Rica y 1-0 a Escocia, pero en los octavos chocó con la Argentina de Maradona y Bilardo, Lazaroni no hizo cambios hasta recibir el gol de Caniggia, tras la gran jugada de Maradona al 80, con los ingresos de Silas por Mauro Galvao y de Renato Gaucho por Ricardo Gomes, pero no evitó la eliminación, pese a ello, Brasil insistió en apostar por un juego más pragmático.

Cuarto cuadro: 20 de junio de 1994, Brasil inicia su camino en Estados Unidos en California en la Universidad de Stanford contra Rusia, Carlos Alberto Parreira es su técnico y coloca en la alineación a un orquestador a Raí, hermano de Sócrates, quien además sale como capitán. Junto a Raí juegan dos recuperadores como Mauro Silva y Dunga, además de Zinho de ida y vuelta, el partido se salda con triunfo de 2-0 con un tanto de Raí de penal (sólo cuatro parejas de hermanos han marcado en mundiales: Fritz y Ottmar Walter para Alemaia, Willy y René van der Kherkof para Países Bajos, Sócrates y Raí para Brasil y Michael y Brian Laudrup de Dinamarca). Raí se mantuvo en las alineaciones en la fase de grupos frente a Camerún y Suecia, pero a partir de octavos de final, Mazinho ocupó su lugar y el gafete pasó al brazo de Dunga, toda una declaración de intenciones de Parreira, el líder ya no era el creativo, ahora era el que metía fuerte la pierna y destruía el juego del rival. Brasil ganó el mundial, así con un medio campo poco creativo, con dos delanteros brillantes, Romario y Bebeto, con laterales que aportaban las ideas que ya no daba la media cancha y con un sólido aparato defensivo, volvió a ganar, pero no enamoró.

La apuesta de Parreira se mantuvo, Brasil ganó otro campeonato del mundo en 2002 corriendo en el mediocampo y dejando que talentosos delanteros resolvieran, el modelo se perpetuó, parecía llegar al rompimiento cuando Alemania la goleó 7-1 en las semifinales de Brasil 2014, pero sólo se hicieron matices; Brasil ya no gana en mundiales y mucho menos enamora, tampoco caminó en la última Copa América y en la eliminatoria es cuarto lugar con seis triunfos y cinco descalabros, tuvo un técnico interino, siguió Dorival Junior quien ya fue despedido.

Subrayo esta última frase porque el modelo pragmático se ha perpetuado por cierta arrogancia de los dirigentes brasileños, creer que siguen siendo los mejores del mundo; el modelo funcionó porque Bebeto y Romario brillaron en Estados Unidos 94, no por Parreira y su sistema, funcionó con Scolari en Corea-Japón 2002 porque arriba estaban Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho, cuatro años más tarde, Brasil desperdició al mejor Kaká quien brillaba en la media cancha del Milán, ahora carece de elementos creativos en mediocampo y sus delanteros, ciertamente habilidosos, no están a la altura de los que brillaron en Estados Unidos 94 o Corea-Japón 2002.

Quinto cuadro: La Confederación Brasileña de Futbol anuncia al italiano, Carlo Ancelotti como el nuevo técnico de la selección brasileña. Un hombre que ha ganado todo como estratega, que siempre ha entregado buenos trabajos incluso en el Everton de Inglaterra, que generalmente acostumbra construir vestuarios sanos a excepción de su paso por Alemania con el Bayern Múnich, que conoce a tres de las piezas claves de la actual Brasil: Vinicius Junior, Rodrygo y Militao, además del joven Endrick, que como jugador fue un mediocampista importante para la Roma y para el mítico Milán de Arrigo Sacchi, fue parte de la selección italiana en dos mundiales: México 86 e Italia 90 jugando en tres partidos; en tierras mexicanas no tuvo actividad y en su casa fue titular en la presentación ante Austria, no jugó en los siguientes tres compromisos ante Estados Unidos, Checoslovaquia y Uruguay, reapareció al ingresar contra Irlanda en cuartos de final y fue titular en el duelo por el tercer y cuarto puesto contra Inglaterra.

Ancelotti nunca había dirigido una selección y deberá luchar contra el dato que dice que todos los campeones del mundo se han coronado con técnicos de casa. Como estratega el italiano es muy pragmático, no un revolucionario, tiene una gran capacidad para adaptar su sistema de acuerdo a las características de los jugadores con los que cuenta, por lo que cabe esperar que Brasil no cambie mucho, que siga siendo un equipo de rompimientos para aprovechar la habilidad de sus delanteros. En sus comentarios de 2023 sobre el futbol brasileño, Paulo Silas destaca la necesidad de estructurar un proyecto a largo plazo, mismo que pese al anuncio con mucho peso mediático de Ancelotti como estratega de la selección de Brasil a partir de junio, no se nota; de hecho, ayer mismo el italiano se reunió con la directiva del Real Madrid y dejó abierta la posibilidad de regresar en 2026 tras el mundial, eso demuestra que su llegada es una medida desesperada y no una verdadera intención de cambio. Hace años Brasil perdió el rumbo al traicionar su esencia, no se sintió mucho en los primeros mundiales tras la decisión porque había mucho talento, pero ahora que han pasado décadas, que los mediocampistas creativos ya no aparecen y que incluso hay un bajón en la calidad de los delanteros, Brasil sufre, pero lo peor de todo es que sus dirigentes no se han dado cuenta y por ello han apostado por un buen técnico, pero al final de cuentas por otro pragmático, no un revolucionario, sigue sin proyecto a largo plazo y vista la actual generación de jugadores será muy difícil que el italiano tenga éxito.

Brasil ha pasado de la claridad para definir su futbol: “Prefiero perder jugando un futbol bonito que ganar jugando mal”, a apostar por un técnico pragmático extranjero, un perfil que no necesitaba ya que si iba a recurrir al mercado foráneo tendría que haber ido por un revolucionario; los cinco cuadros demuestran cómo perdió el rumbo al traicionar su esencia, la que tenía muy clara Telé Santana.

@abascal2