Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado
Al senador Adán Augusto López Hernández se le va a deber que la 4T ya tenga su versión tropical de Genaro García Luna con el prófugo Hernán Bermúdez Requena, responsable de combatir el crimen en Tabasco en el periodo de gobierno del hermano político de AMLO y aliado de la llamada “Barredora”, un grupo delictivo local con alcances de cártel delictivo.
El ex mando policiaco a quien se le ha ubicado en Panamá, España y Brasil, no se debe pasar por alto, tuvo como superior jerárquico a quien quiso ser presidente de México sin más méritos que su cercanísima relación con López Obrador, y que también quiso imponer gobernador en Puebla con Ignacio Mier, un cacique local de Tecamachalco sin ninguna victoria política por la vía del voto.
Es por esto tal vez que desde hace días que ambos personajes hayan mantenido un sospechoso silencio en la esfera digital. López Hernández no publica en sus redes mensaje alguno desde el 13 de mayo mientras que Mier no lo hacía desde el miércoles 9 en ocasión del cumpleaños del gobernador Alejandro Armenta.
La revelación que el comandante de la 30 Zona Militar, el General Miguel Ángel Félix Martínez sobre la existencia de una orden de aprehensión en contra del funcionario de López Hernández no hizo sino alimentar aún más las versiones en Villahermosa de la existencia de vínculos entre el coordinador de los senadores de Morena y el crimen organizado cuando fue gobernador en su estado.
Y de paso termina con las aspiraciones políticas de quienes formaron parte de su grupo político.
Ahí están en primera línea los poblanos Ignacio Mier, senador y Roberto Solís, presidente municipal de Huejotzingo, y quien fue representante del tabasqueño en el territorio poblano cuando las “corcholatas” de López Obrador recorrieron el país para convertirse en coordinadores de la defensa de la 4T, requisito para luego ser candidatos a la Presidencia de México.
Y es que a estas alturas resulta inverosímil que Adán Augusto López Hernández, responsable de la designación de un presunto líder delictivo al frente de la seguridad de los tabasqueños, haya sido ajeno a las actividades presuntamente criminales del prófugo de la ley.
Peor aún, deberá responder sobre una pregunta que flota en el imaginario: ¿fue cómplice su gobierno de La Barredora?
Son las mismas preguntas que no ha podido o querido responder Felipe Calderón Hinojosa, el ex Presidente entre 2006 y 2012 y a quien le encarcelaron en Estados Unidos a su súper policía por colaborar con cárteles de la droga en México.
Falta aún mucho tramo por ver en este culebrón que comenzó en el edén tabasqueño de Adán. Sobre todo porque el combate a la delincuencia dejó de ser un asunto doméstico para colocarse en el punto central en las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Si la captura de Hernán Requena se produce en las próximas semanas se convertirá en el último clavo del ataúd político del grupo que comandó el tabasqueño que quiso ser presidente de México.
El habitante de la quinta en Chiapas tendrá escaso margen para rescatar a su hermano político y las consecuencias alcanzarán a otros estados, Puebla por ejemplo.
@FerMaldonadoMX