Palabra de Tigre escribe Humberto Aguilar Coronado
La semana pasada comentábamos que eran dignas de aplaudir las acciones que ha llevado a cabo el gobierno federal con sus operaciones exitosas para decomisar un buque que transportaba combustible robado, incautar centros de distribución ilegales en diferentes estados de la república y por supuesto, desmantelar una banda criminal perfectamente bien organizada en el centro del país dedicada al robo, almacenamiento y distribución de combustible y gas robado.
El lunes pasado, nuevamente un operativo de la autoridad federal decomisó 15 millones de litros de combustible robado, es decir, de huachicol.
Aplauso de nuevo por el éxito de esos operativos al gobierno federal, a la marina, a la guardia nacional y a quienes hayan participado en ellos.
Pero derivado de lo anterior, surgen muchas preguntas que a la par de los resultados en los operativos, el gobierno federal tiene que dar respuesta.
PRIMERO: ¿Dónde almacenaban el combustible robado las bandas criminales?. Porque al parecer, no se escondían de ninguna autoridad y distribuian el huachicol a su más entera libertad.
SEGUNDO: ¿Dónde estuvieron las autoridades municipales, estatales y federales durante tantos años? La respuesta puede ser lo más complejo que exista, pero, o no se dieron cuenta del excesivo tráfico de combustible robado; o eran parte de las operaciones por complicidad; o estaban amenazados por esas bandas criminales y por lo tanto, se hacían de la vista gorda y no actuaban en consecuencia.
TERCERO: ¿Dónde escondían buques, vagones de ferrocarril, tanques y las enormes bodegas que necesitaban para su operación las bandas criminales?. Porque aunque nuestro país es muy extenso, no creo que haya algún lugar en donde pasen desapercibidos para todos, autoridades y población, esas unidades de transporte e instalaciones para almacenaje del producto robado.
CUARTO: ¿Por qué se habla de millones de litros de combustible y gas robados que han sido incautados o decomisados, pero no se habla del número de detenidos por la comisión de diversos ilícitos? Cierto es que en el caso de la organización criminal que operaba en el centro del país se habló de la detención de la mayoría de los que operaban toda la esctructura de robo, almacenamiento y distribución, sin embargo, en los demás casos la información ha sido muy escasa y no se conoce el número de detenidos.
QUINTO: ¿La industria del huachicol financió campañas electorales o proyectos políticos que han dominado diferentes zonas en el país? Justamente para eso debemos saber los nombres de los detenidos y sus conexiones con las autoridades gubernamentales, para conocer la responsabilidad que tienen en la comisión de ese delito.
SEXTO: ¿Seguirán los operativos para desmantelar otras bandas de robo de combustible que operan en otros estados de la república? Se esperaría que así fuera, aunque eso signifique otro duro golpe a la administración del presidente López Obrador, en donde ahora lo sabemos, no se hizo prácticamente nada para detener el robo y distribución del huachicol.
Sin duda alguna una de las formas para detectar los ílicitos es seguir la ruta del dinero. Esperemos que se llegue hasta donde se tenga que llegar, aunque se conozcan los nombres de las personas involucradas en los ilícitos, así sean policias, autoridades gubernamentales de los tres órdenes de gobierno, trabajadores de PEMEX o legisladores del color que estén vestidos ahora.
*Es politólogo