Lunes, 27 Enero 2025 21:11

Nombrar

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Machomenos escribe Israel León O’Farrill

Palabras clave: machismo, feminicidio, ultraderecha, conservadores, creación, retroceso.

Hace años, como producto de algunos seminarios centrados en el análisis del pensamiento y el discurso mesoamericano en el doctorado que estudié en la UNAM -de Estudios Mesoamericanos-, caí en la cuenta del poder de las palabras, en específico cuando son ocupadas para nombrar algo. Para muchas comunidades a lo largo del mundo, el nombrar implica crear, es decir que, en el momento en que nombramos un lugar, un objeto, un animal, lo integramos a nuestra cultura y le brindamos un estatuto de ser. Nombrar tiene otras implicaciones como el hecho de que conlleva pensamiento y acción. Pensamiento que produce el concepto y que se instala en la historia de la cultura; por lo mismo, genera el actuar de las y los integrantes de ese grupo social. Además, el nombrar también coloca a lo nombrado en el sistema axiológico de la cultura, es decir, en el sistema de valores, lo que hace que aquello que se realice en torno a lo nombrado, debería ser visto como un acto ético. Por tanto, como vemos, el nombrar no es cosa menor.

Por supuesto, la cultura que nombra también puede cambiar el nombre o de plano, eliminarlo de las categorías que tiene en su haber. Pero ¿borrar el nombre descarta todo lo relacionado con ello? No necesariamente, sobre todo si tal concepto ya ha tendido sus raíces en los usos y costumbres de ese grupo. Motiva estas reflexiones la intención que tiene Milei y su gobierno de eliminar del código penal argentino el concepto de “feminicidio”. Según una nota publicada en el portal de Milenio, “Milei consideró que la figura de femicidio legaliza ‘de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre’, el jueves en un encendido discurso brindado en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza). (…) ‘Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra’, dijo el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, en su cuenta de la red X”. Según este par, el llamar feminicidio al homicidio cometido hacia una mujer -producto de la violencia de género-, discrimina a los hombres. Dicho discurso es muy socorrido desde la ultraderecha para desestimar los avances que se han producido en materia de género. Según este argumento, los hombres también son asesinados y mucho más que las mujeres. Bien, eso puede ser parcialmente cierto estadísticamente. Sin embargo, el feminicidio nombra el homicidio cometido a una mujer con claros tintes de género, es decir, es un crimen violento que busca eliminar a una mujer por su condición de mujer y, de paso, aleccionar de esa manera a otras mujeres. Por eso, el sistema legal argentino y de muchos otros países, entre los que está México, decidieron nombrar de esa manera este tipo de homicidio, lo que evidencia la violencia patriarcal que existe en nuestras sociedades. De esa manera, se construye jurisprudencia y castigos en consecuencia. Por ejemplo, según la nota, en Argentina, un homicidio puede llevar una pena de 25 años de cárcel; un feminicidio lleva la pena máxima, que, dependiendo el caso, puede llegar hasta 50 años. El sistema legal ha juzgado que es fundamental la diferencia para desmotivar a los feminicidas. Sin embargo, la cosa no es tan simple.

Como decía, al nombrar, la cultura integra en su haber elementos, lo mismo en los usos y costumbres, que en el sistema de valores. Desde ahí, desde la existencia del concepto se puede combatir una de las expresiones más nefastas de la violencia machista en nuestras sociedades patriarcales. Por eso fue fundamental nombrar dicho crimen, porque de lo contrario, no existe y se invisibiliza, como ha sucedido por años. Por su parte, la lucha de las ultraderechas por borrar el concepto del código penal es para “desnombrarlo”, es decir, desaparecerlo de mente y acción; al eliminarlo, lo que se logra es normalizarlo. ¿Quién se beneficia de semejante despropósito, de tal retroceso? Pues el patriarcado machista y violento, nada más. Milei y sus secuaces se envalentonaron después de que Trump firmara una orden ejecutiva que afirma que para el gobierno de su país sólo existirán dos géneros: hombre y mujer. Con ello, como se recoge en la nota de Milenio, “pone fin a los programas de diversidad, equidad e inclusión dentro del gobierno federal, que él y los conservadores han calificado durante mucho tiempo como discriminatorios”. Resulta difícil que logren aprobar esta iniciativa Milei y el sistema pues, para ello, necesitan tener una mayoría en el Congreso, cosa con la que no cuentan en este momento. Pero eso no significa que no puedan hacerlo si logran tener una mayoría en las próximas elecciones de mitad de término en octubre de este año. Por eso, es necesario hacer una campaña en contra de semejantes iniciativas, tanto en ese país como en el nuestro. Además, es necesario nombrar a personajes como los oligofrénicos Trump y Milei como lo que son: fascistas de medio cachete, mercachifles de cuarta y engaña bobos.

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