Historias de un joven reportero escribe Gerardo Ruiz
Lilia Cedillo, en la modalidad de voto universal o en el método de voto ponderado, ganó la elección del pasado miércoles por la rectoría de la BUAP para el periodo 2025-2029.
Es decir, Cedillo Ramírez ganó de manera legítima y contundente.
Otra vez: Lilia Cedillo Ramírez ganó la elección en la Universidad Autónoma de Puebla.
En cifras oficiales, la actual rectora de la Benemérita de Puebla obtuvo 34 mil 617 votos de los alumnos, por los 31 mil 217 que registró César Cansino, quien quedó en segundo lugar y fue en dónde más sufragios obtuvo, pero que aun así fueron menos que los que alcanzó Cedillo.
Cierto como lo es, la votación registrada por Cansino Ortiz entre el alumnado de la BUAP fue una verdadera sorpresa y una cantidad bastante digna e importante, sin embargo fue insuficiente para ganarle a la Doctora Lilia.
Y es que así funciona la democracia.
Por mucho o poco, César Cansino perdió la elección por la rectoría de la BUAP a pesar de todos sus discursos histriónicos, sobreactuadose incendiarios.
Cansino, si respeta a la máxima casa de estudios de la entidad y a su comunidad universitaria, que no solo se restringe a los alumnos, debe aceptar los resultados y asumirse como un buen perdedor y no escoger, como todo indica que lo hará, el camino de la desestabilización y la rebeldía.
Claro que Cansino Ortiz tiene derecho a sus quince minutos de pataleos y berrinches, pero afectar a la BUAP con un paro o incitar a sus alumnos seguidores a la violencia y a afectar a la mayoría que no lo votó me parece un exceso y un despropósito para la institución.
La rectora Lilia Cedillo no solo ganó entre los alumnos, también lo hizo entre los académicos, en donde obtuvo tres mil 715 votos, por los 405 que apenas alcanzó Cansino.
Los docentes de la BUAP están con la actual rectora, quien se ganó su apoyo por regresarle esa alma académica y de investigación a la universidad. Además de mejorar sus condiciones y atender sus demandas durante los últimos cuatro años.
Nadie como los maestros y maestras de la Universidad Autónoma de Puebla para medir el pulso actual de la institución.
Por esto es por lo que el triunfo de la Doctora Lilia aquí fue contundente e irrebatible.
Lo mismo sucedió con los administrativos, sector en el que Cedillo Ramírez también arrasó con dos mil 774 votos, mientras que César Cansino solo consiguió el sufragio de 331 trabajadores.
Si una rectora se ha visto empática y comprometida con los derechos y asignaturas pendientes con los y las administrativas de la BUAP es, precisamente, Lilia Cedillo, quien desde el minuto uno de su primera gestión vio por el bienestar de su planta laboral.
Insisto, el triunfo contundente de Cedillo Ramírez no fue ninguna casualidad ni tampoco algo fortuito.
No, la rectora de la máxima casa de estudios de Puebla se ganó a pulso su reelección y eso es una verdad absoluta.
Claro que existen voces disidentes y opositoras, sobre todo entre los alumnos, en contra de la rectora Cedillo.
Pero esa es la esencia de una universidad: la universalidad de las ideas y el espíritu divergente.
Bien hace la rectora de la BUAP en permitir las manifestaciones en contra de su triunfo, pues ahí está su principal reto en los próximos meses: convencer a esos más de 31 mil alumnos que no votaron por ella.
Claro que la empresa es enorme, pero tampoco se puede pasar por alto que las manos negras del impresentable Alfonso Esparza siguen metidas en estas manifestaciones, que intentan enturbiar y ensuciar el triunfo, por la buena, de Lilia Cedillo.
La rectora Cedillo debe convencer a todos de que su proyecto para la BUAP por los próximos cuatro años es el mejor, pues consolidará lo hecho en su primera gestión, la cual le regresó la grandeza, institucionalidad y vocación académica a la máxima casa de estudios de Puebla.
Por última vez: Lilia Cedillo Ramírez ganó la elección en la Universidad Autónoma de Puebla.
En voto universal.
En voto ponderado.
Su triunfo fue legal, legítimo y contundente.
@GerardoRuizInc
