De cómo quisieron acorralar al edil de Cuautlancingo

De cómo quisieron acorralar al edil de Cuautlancingo
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabólica.Mx escribe Fernando Maldonado

El 11 de julio el Consejo Estatal de Morena publicó un inédito posicionamiento que pareció más un llamado de atención al presidente municipal de Cuautlancingo, Omar Muñoz Alfaro, por la guerra de baja intensidad que se vive en esa demarcación, alentada por su antecesora, Guadalupe Daniel Hernández.

“Exhortamos respetuosamente al Ayuntamiento de Cuautlancingo a resolver sus diferencias internas desde sus atribuciones”. Decía el documento del partido en el poder que buscaba evitar un choque de trenes en un municipio que ha cobrado particular relevancia por el crecimiento de desarrollos habitacionales y la presencia de poderosas industrias como la automotriz con Volkswagen y la de tecnología con Tonalli, dedicada a la producción de paneles solares.

“… No somos la institución encargada de intervenir en asuntos gubernamentales; nuestro papel es fortalecer la vida democrática, no sustituir gobiernos”, aunque en la práctica, con la postura pública, el Comité Estatal de Morena en manos de Olga Lucía Romero Garci-Crespo terminó por tomar partido por una de las dos partes y puso en duda el equilibrio y objetividad como líder partidista.

Se trató en realidad de un impulso de la presidenta del instituto político desde la buena fe que la llevó a probar del plato envenenado que la exedil acercó para dinamitar al gobierno de su sucesor, al tiempo de realizar un intento desesperado por esconder la basura y las corruptelas debajo de la alfombra tras dejar el gobierno municipal.

Como consejera estatal de Morena, Guadalupe Daniel, ha movido sus fichas para acorralar al gobierno municipal luego de haber sido removida del organismo regulador del agua en ese mismo lugar, tras descubrirse que había sido una forma de manipulación política de los usuarios de la red pública, pero también una fuente de ingresos utilizados como patrimonio propio.

Al mismo tiempo ha jugado con dos piezas de desgaste en el gobierno municipal en la estrategia de hostigamiento político. Sin un perfil propio ni carrera política, Ana Laura Papaqui Daniel es regidora por una herencia de sangre: es hija de Guadalupe Daniel que no obstante las acusaciones de corrupción, no hay aún investigación en curso.

La otra pieza de la morenista destituida del cargo administrativo es, curiosamente, una heredera de esa figura ominosa en la narrativa de Morena: el PRIAN, con Evelyn Yadira Camela, hija de José Luis Camela un político de la vieja guardia que ha querido ser presidente municipal por Acción Nacional y por el Revolucionario Institucional. El pacto entre Daniel y Camela consiste en pelear la candidatura y quien la obtenga recibirá el apoyo de la otra.  

Artificiosamente la consejera estatal de Morena terminó por empinar a la dirigente de su partido cuando consiguió que el Comité Estatal tomara partido en el conflicto en un municipio que forma parte de la zona metropolitana a fuerza de verdades a medias y una falsa victimización.

La guerra sorda que vive uno de los municipios de mayor crecimiento y desarrollo habría pasado de largo al escrutinio hasta que el Comité Estatal de Morena le puso luz propia. Aún así, la estructura de la Secretaría de Gobernación y el Congreso del Estado parecen no haberlo advertido o también son jugadores interesados.

 

@FerMaldonadoMX