Parabólica.Mx escribe Fernando Maldonado
¿Cuánto vale la vida de una persona para la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre?
La respuesta debe tenerla quien se ostenta como “asesor general” de esa organización, Rubén Sarabia Sánchez “Simitrio”, dirigente a perpetuidad de un gremio cuyos orígenes fueron defender a quienes se ganan la vida con la venta en la vía pública.
Ahora se sabe: 350 mil pesos. Esa fue la cifra que Simitrio recibió del ayuntamiento capitalino en agosto de 2024, tras una negociación que ocurrió tras la muerte de un joven franelero que perdió la vida en un violento encontronazo con la policía municipal el viernes 2 de agosto del año pasado.
Según la retórica de Simitrio, la muerte del franelero que se encontraba en el estacionamiento de Sams de la Central de Autobuses, muy cerca del Mercado Miguel Hidalgo, asiento del feudo de la familia Sarabia, se produjo cuando uniformados de la capital intentaron extorsionar a los “viene-viene” de la zona.
Tiempo después se supo que la víctima de ese enfrentamiento ni siquiera militaba en la organización y el dinero, entregado por un alto funcionario del Gobierno de la capital en un paquete cerrado, terminó en los bolsillos de alguien que no fue la familia del difunto.
Es una historia recurrente, porque el 15 de agosto, casi un año después de la muerte del franelero, un nuevo enfrentamiento cobró la vida de una mujer a las afueras del estadio Cuauhtémoc, justo en el contexto de la celebración de un juego de fútbol de la primera división.
Y es que de la génesis de la 28 de Octubre no queda mucho. Si el origen fue defender los intereses de la gente humilde que se gana la vida en la calle, terminó por transformarse en un instrumento de presión política, pero la peor expresión se pudo notar hace por lo menos cinco años: la de la criminalidad.
Un exintegrante del buró político de esa agrupación explicó al autor de la columna las razones de su separación: “hizo la dirección de la 28 de Octubre acuerdos hasta con el diablo” porque le ganó la “mercantilización y el capital”, me dijo ese entonces cargado de ironía.
Ya para entonces los negocios del grupo tenían que ver con el control de taxis piratas y el manejo patrimonial del estacionamiento del estadio Cuauhtémoc, sitio en el que también están el estadio de béisbol Hermanos Serdán y el Auditorio GNP. La llegada de un nuevo Gobierno, dispuesto a meter control en el manejo de espacios públicos, supuso la pérdida de dinero contante y sonante en la caja registradora de Simitrio.
En los órganos de inteligencia del estado y municipio se tiene el registro un ángulo pernicioso para una organización con fines de defensa de vendedores ambulantes: la venta de drogas sintéticas en los mercados populares en los que se tiene influencia, sobre todo el Hidalgo, Emiliano Zapata e Independencia.
El circulo de Simitrio comenzó a debilitarse desde que vivió la separación de Rita Amador, la madre de los hijos del eternizado dirigente y quien, según observadores de la vida interna del gremio, representaba el equilibrio. Ese debilitamiento se agudizó con la dimisión como asesor legal de Tonatiuh Sarabia, que decidió caminar por una ruta ajena.
La quema del autobús de RUTA la tarde de este martes en la capital detrás de la cual estuvo la mano de la 28 de Octubre es una muestra de la radicalización de una agrupación que nació con vocación social legítima y devino en grupo delictivo.
@FerMaldonadoMX