Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado
Era el año 2018 y en el recibidor de un edificio de hospedaje para visitantes en la ciudad de Monterrey, Nuevo León descansaba un viejo ejemplar de un panfleto que resultaba bastante familiar para el autor de esta columna: Moreno Valle: Acciones que transforman.
Habían pasado casi cuatro años desde que se había iniciado la precampaña presidencial y el ejemplar estaba ahí, de entre otras ediciones de revistas del corazón o con consejos de cocina, ante el desinterés de los huéspedes.
“En este libro el autor comparte su origen familiar, preparación académica, profesional y el resultado de su gobierno…”, dice en la contraportada. Son seis líneas y resulta el texto mas robusto porque el contenido adolece de información, pero abunda en imágenes.
Un cuadernillo de unas 50 páginas en papel couché en color con mas de 500 fotografías en diversos tamaños con un Moreno Valle sonriente, impecable y rodeado de estudiantes en unas imágenes, con Peña Nieto en otras y hasta con Barak Obama. Era el instrumento de propaganda que llegó a casi todo el país al cumplir el cuarto año de su gobierno, para validar sus aspiraciones políticas y personales.
Corría el año 2015 y cientos de miles de personas en México vieron de cerca, o de soslayo, uno de los más descarados trabajos de culto a la personalidad del gobernador de Puebla en ese momento, el panista Rafael Moreno Valle y su corte de vocingleros, bufones u operadores para colocarlo como aspirante a la Presidencia de México.
No hubo reparo ni recato en el uso de recursos para apuntalar la figura de ese gobernador a nivel nacional, mientras su presencia física se veía un día en Michoacán, otro en Tamaulipas o Nuevo León para encabezar conferencias de “experiencias exitosas” de gobierno y para trabar acuerdos con líderes panistas de cada región.
La operación consistía en enviar una avanzada a cada entidad en la que se planeó cada visita para revisar agendas mediáticas, temas periodísticos de coyuntura, gestionar reuniones privadas o entrevistas con líderes de opinión locales, para lo que también se invirtió dinero, requerido para el pago de boletos de avión, hospedajes, alimentación y algunas “cortesías”. Esa era solo parte de la maquinaria que ya estaba en marcha.
Por tierra, aire y redes sociales hubo dinero a raudales porque en el horizonte se había trazado como meta llegar a la residencia oficial de Los Pinos (Centro Cultural a partir de la llegada al poder de López Obrador).
Desde la oscuridad morenovallista, Marcelo García Almaguer llegó a manejar hasta 8 millones de pesos mensuales para apuntalar el proyecto presidencial morenovallista a través de granjas que promovían al gobernador poblano y grupos de reacción a través de bots para neutralizar opiniones críticas.
El dato es bastante revelador porque hace casi diez años que el excancerbero de los intereses de Moreno Valle en el ecosistema digital creó toda esa estructura digital con recursos de difusa procedencia, no hubo una sola voz crítica desde el panismo que ahora se rasga las vestiduras por la existencia de una plataforma como Nodica para promover la agenda gubernamental de Alejandro Armenta.
En el activismo digital les pasó de noche la promoción febril y ostentosa de un aspirante presidencial que nació de la esfera local para pelearle sin suerte la candidatura presidencial al ahora senador de la República, Ricardo Anaya. La crítica en nuestra aldea mide con distinta vara, por eso descansa en donde se debe.
@FerMaldonadoMX