Parabólica.Mx por Fernando Maldonado
La diáspora que se vive en el Partido Revolucionario Institucional no deja de sorprender. Convertida en norma por la larga bitácora de mujeres y hombres que cerraron tras de si años de trabajo político, no ha habido semana en que no se produzcan nuevas escisiones de diversas personalidades, tallas políticas y rango partidista.
Todos los días, en todo momento sus mejores cuadros dejan su militancia en la búsqueda de mejores condiciones políticas, menos oprobiosas y mas dignas para dar cauce a sus potencialidades, ninguneadas con especial énfasis por el pequeño grupo que se apropió de sus siglas, detrás de las cuales solo quedan vestigios y cascajo político.
La mas reciente se produjo con Blanca Alcalá Ruiz, un alto perfil que acumula años de militancia y encargos en la administración pública, en la política y partidista, entre los que destaca por ejemplo la Secretaría de Finanzas y Administración cuando Manuel Bartlett Díaz fue gobernador de Puebla.
Este sábado que se presentó en la capital el impulsor del proyecto “Salvemos la democracia” de Claudio X. González junto a la dirigencia que en el Partido Acción Nacional conducen Mario Riestra y Genoveva Huerta, Alcalá Ruiz, estuvo ahí, sonriente y cobijada como no había sucedido en su propio partido político desde que fue embajadora y senadora.
Se trata en los hechos de la salida de ese partido de mayor relevancia política en el último trimestre luego de la dimisión del exdirigente Néstor Camarillo Medina, actual integrante de la bancada del Movimiento Ciudadano en el Senado de la República y quien desde esa nueva condición ha propiciado que una larga lista de nombres y liderazgos en las diversas regiones hayan comenzado a mudar de militancia.
Conviene detenerse en caso de la mujer que fue presidenta municipal de la capital en el trienio 2008-2011, no solo porque abrevó de un gobierno que encabezó un santón de la escena nacional como Manuel Bartlett Díaz, desde su paso por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, sino que terminó por adherirse al movimiento que encabezó Andrés Manuel López Obrador.
Hubo un tiempo en el que Blanca Alcalá fue cabeza de playa de un grupo político que repartió el juego de posiciones y que le mereció serias críticas de sus correligionarios. A su hija Carina Romero la hizo servidora pública y Edgar Chumacero, por ese entonces yerno, se dedicó a la actividad política con un mayor acento hasta conocerlo hoy en día como coordinador de delegaciones de la Secretaría del Bienestar en el gobierno del estado.
La presencia de Alcalá Ruiz en la conferencia de este empresario de perfil ultra consevador convertido en activista contra la 4T este sábado en la capital confirma la corriente política a la que ha pertenecido esta mujer priista a quien se le dedicó una funesta campaña mediática cuando decidió competir por la gubernatura en 2016 frente al PAN de Rafael Moreno Valle que llevaba como candidato a Antonio Gali Fayad.
Por encima de ese episodio de evidente violencia política a la que se prestaron personajes impresentables como Javier Lozano Alarcón, priva la tecnocracia producto de su preparación académica en la carrera de Relaciones Internacionales por la Universidad de las Américas y su maestría y doctorado en Administración Pública.