La editorial escribe Jesús Olmos
El priista Alejandro Moreno Cárdenas ha terminado por romper todas las barreras del decoro y del comportamiento de altura que se esperaría de un miembro de la Cámara de Alta.
Lo ha hecho hace mucho tiempo, usando adjetivos fuera de dimensión, a los gritos e insultos, con palabras altisonantes y ayer, a los golpes contra otros compañeros de Legislatura y el equipo del propio Senado.
Pero tomar a la ligera sus declaraciones que sugieren que “si llegamos a los golpes y a más” es omitir a un violentador, un golpeador con charola con alguna posible psicopatía en potencia.
Y Alito va más allá, pues con la mano en la cintura y hasta aplaudido por esquiroles y lamebotas augura que “vendrán horas oscuras” para el país y para el partido en el poder y anuncia que dará una sorpresa, que bien puede ser el escenario que busca su conducta patética y prepotente.
@Olmosarcos_