La editorial escribe Jesús Olmos
Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo pida que a Adrián Rubalcaba se le juzgue, después del trabajo hecho al frente del Sistema Metro en la CDMX, lo cierto es que ese bautizo le salió caro a Morena.
Las opiniones sobre el partido en poder y su artimaña perdonadora de pecados, termina por complicar a los gobiernos locales las explicaciones de quienes son y a donde van.
Por ejemplo, en Ciudad de México onde tanto se cuestionó la violencia en contra de la ahora presidenta, se acepta a un violentador. En Veracruz, donde tanto se marcó distancia con la corrupción del pasado se adopta a un Yunes. En Oaxaca donde tanto se critica el dispendio del pasado, se acepta a un Murat.
Habrá que decirle a los líderes de este partido que hay de “bautizos” a bautizos, que restan más que otros en la arena político-electoral.
@Olmosarcos_