La editorial escribe Jesús Olmos
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha llevado el prestigio de su país al peor punto que haya sido visto en su historia. Un comportamiento errático indefendible y ominoso que puso al mundo en posición precaria.
El republicano dijo durante su campaña de comprometió a cerrar el paso a las guerras que abrieron sus contrapartes demócratas, pero en los hechos ha orillado a su país a conflictos internos y ahora también externos.
Sobre este mismo tenor, aseguró que analizaría en 15 días la posibilidad de atacar o no a Irán ante una latente apertura al diálogo e incumplió, pasadas poco menos de 48 horas atacó sin permiso del Congreso y sin previo aviso.
Lo mismo ha hecho con los aranceles, con las reuniones diplomáticas y hasta con su electorado, al que ha mangoneado a placer. La gente lo respalda, pero también no olvida la falta de palabra y el fracaso de las promesas.
@Olmosarcos_