Lunes, 18 Noviembre 2024 21:00

Trump

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Machomenos escribe Israel León O’Farrill

Palabras clave: machismo, abuso sexual, presidencia, USA, impunidad

Como es ampliamente sabido, Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos en los próximos días. Su triunfo ha merecido páginas y minutos de análisis en medios de comunicación, lo mismo que espacio en redes sociales diversas. No es para menos. Su triunfo se suma al de otros personajes similares en diferentes partes del mundo -muchos, patéticos imitadores del empresario gringo, como Milei en Argentina- de tendencia conservadora o ultraconservadora y dirige nuestra atención a ese terrible y peligroso avance de la ultraderecha en el mundo. Cualquiera que eche una mirada al siglo XX, con nazis, fascistas, dictaduras militares, represión, tortura, ejecuciones extrajudiciales y genocidio, verá no sin estupor, los peligros del avance de dicha tendencia ideológica y política. Hay mucho que decir, pero dejaré esos análisis para otras columnas. Aquí, en concordancia con lo que escribo en este espacio, analizaré lo que toca a las implicaciones de su triunfo en cuanto al machismo, su discurso y acción.

Trump es un presidente electo convicto. Sí, para quienes no lo sepan, Trump fue declarado culpable por un jurado en Nueva York de “34 cargos penales por haber comprado el silencio de la actriz porno Stormy Daniels, con quién habría mantenido relaciones sexuales -según se reporta en una nota publicada en el portal de El Periódico en España-. Esta maniobra ilegal se produjo antes de las elecciones de 2016, que Trump terminó ganando. Su sentencia se retrasó al próximo 26 de noviembre para evitar ‘cualquier apariencia, por inmerecida que sea, de que el procedimiento ha sido afectado o busca afectar a las elecciones presidenciales’, según dictaminó juez Juan Merchan. Eso hace que Trump pueda ser sentenciado a una pena de prisión siendo ya presidente electo de EEUU, si bien es improbable”. Penden sobre él otras acusaciones por conspirar para eliminar el proceso en el que perdió frente a Biden en 2020 y otra en que se le acusa de presionar a la autoridad electoral en Georgia para “fabricar” votos para que él ganara en ese Estado. El magnate ha dicho que, valiéndose de su poder presidencial, desestimará tales acusaciones y se saldrá con la suya.

Por si fuera poco, Trump fue encontrado responsable del delito de abuso sexual en 2023. Según se reporta en el portal de la BBC, el “expresidente de Estados Unidos fue demandado por Carroll, quien acusó al empresario y político de 76 años de violarla en una tienda de Manhattan en 1996. El jurado también determinó que Trump difamó a Carroll en una publicación de octubre de 2022 en su red social Truth Social, en la que calificó las acusaciones como una ‘estafa’”. Trump tuvo que pagar a la demandante 5 millones de dólares como indemnización por el abuso y la difamación de la que fue objeto, pero la libró sobre el delito de violación pues el jurado determinó que sólo fue abuso. Con independencia de que habría que discutir los elementos que tuvo el jurado para distinguir entre violación y abuso, lo cierto es que, como se ve, Trump es una persona de moralidad claramente cuestionable, al menos en lo tocante al deber ser de cualquier hombre occidental, cristiano, blanco y de “primer mundo”: casado, buen esposo, buen padre, fiel, proveedor. Y lo que vemos es todo lo contrario. Sin embargo, como se consgna en el mismo portal de la BBC el año pasado, si “bien es posible que eso no afecte a la base de votantes de Trump dentro del Partido Republicano, ya que sus partidarios ven el sistema legal estadounidense con escepticismo, y han apoyado al expresidente en todo tipo de adversidades, es un fallo que podría doler si gana la nominación republicana a la Casa Blanca en 2024”. Claramente no afectó.

El asunto es que, pareciera que tanto el fallo de 2023 como el de este año, fortalecieron su imagen ante grupos conservadores y abiertamente machistas. Según afirma en entrevista para el portal de la BBC Joshua Sandman, profesor emérito de ciencia política en la universidad de New Haven su “discurso duro encajó bien con la imagen de macho que intenta proyectar y eso le gusta a mucha gente. La clase trabajadora masculina sin estudios universitarios no lo ve como algo negativo, sino positivo”. Justamente, es un “héroe” que encarna el deseo de cualquier macho que se respete: tener cuanta mujer pueda, sea voluntariamente o a la fuerza, que todo mundo lo sepa, salirse con la suya, quedar impune y, de paso, convertirse en el líder de la potencia económica y militar más importante del mundo. ¿Qué más puede pedir la comunidad internacional macha? Por si fuera poco, el hecho de que haya vencido en dos ocasiones a candidatas mujeres -y perdiera contra un candidato hombre- lanza un discurso francamente negativo. Obviamente hubo muchos otros factores en la derrota demócrata, entre los que se cuenta la presidencia misma de Biden, pero no podemos descartar el factor machista detrás del voto en contra de Harris. Debo decir que a mí no me pareció extraño que hubiera un voto latino importante a favor de Trump. En realidad, habrá argumentos políticos y económicos a favor del empresario; pero hay muchos latinos conservadores en Estados Unidos. Eran conservadores, provida y demás en sus países de origen, no tendría que ser de otra manera en ese lugar. Buena parte de mi preocupación por la elección de semejante malandrín en EU es el espaldarazo que da a los conservadurismos del mundo y refuerza el patriarcado y su discurso y acción  machistas.  Mucha incertidumbre, sin duda.         

  

 

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Visto 91 veces Modificado por última vez en Martes, 19 Noviembre 2024 09:36

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