Lunes, 09 Septiembre 2024 21:45

Deepfake

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Machomenos escribe Israel León O’Farrill

Palabras clave: machismo, redes, video, foto, deepfake

Según se informa en el portal de Reporte Asia, “Corea del Sur ha sido sacudida debido al descubrimiento de numerosas salas de chat en Telegram que distribuyen material pornográfico «deepfake» (ultrafalso) creado a partir de fotos manipuladas de mujeres. Este escándalo ha desatado una ola de miedo e indignación en todo el país. Entre las víctimas se incluyen estudiantes de secundaria, universitarias, profesoras y hasta personal militar. La conmoción ha sido mayor ya que muchas de las víctimas son menores de edad. (…) La situación es alarmante. Una de las salas de chat denunciadas tiene más de 133,000 miembros, lo que subraya la magnitud del problema”. Según afirman, los delincuentes que producen este contenido se valen de redes sociales como Instagram, Facebook y otras, para conseguir imágenes y videos que manipular. ¡133 mil miembros, vaya problema más serio! Para quien no lo sepa, un deepfake, según el portal de National Geographic, “consiste en imágenes o videos que se generan por medio de una técnica de inteligencia artificial. (…) Tal como señala la Enciclopedia Britannica, deepfake se compone de dos términos ingleses: deep, que refiere a la inteligencia artificial, un aprendizaje automático que a su vez se compone de muchos niveles de procesamiento; y de fake, que alude a lo falso del material que se obtiene como resultado”. Y vaya que el resultado pasaría por real. Hace unos días observé un video de un Morgan Freeman producido de esta manera y, salvo pequeños errores que captamos si miramos con atención -además del discurso del mismo Freeman fake que afirma ser falso-, perfectamente podríamos creer que se trata del afamado intérprete norteamericano.  

Hoy, la Inteligencia Artificial está de moda y la discutimos en la sobremesa, con los vecinos y es tema fundamental en la docencia. He abordado este tema en otro espacio, en especial aquella Inteligencia Artificial que construye contenido escrito -como ensayos o trabajos de investigación, en una columna que intitulé “¿Inteligencia?”. Pese a ello, no había caído en la cuenta de los alcances del asunto hasta que me enteré de lo que se está viviendo en Corea del Sur. Puedo garantizar que el problema no se centra en esos coreanos malandrines, calientes y nefastos, no; estoy seguro de que existen ese tipo de chats por todo el mundo y acá en México debemos tener nuestra propia versión. Y claro, para muchos la cuestión parecerá un juego de usuarios ñoños de la red y la alarma que surge será vista como una exageración de los “progres” bien “woke” y de “femininazis” perversas. Claro, imagino sus caras cuando se enteren de que sus hijas, hermanas, esposas o novias aparezcan en este tipo de videos porno. ¿Ahí ya será algo serio? ¿O son tan machos que no les importará? Quién sabe, hay tanta porquería en este mundo que tal sordidez podría ser más la norma que la excepción. El asunto no es menor cuando nos damos cuenta de que el ataque viene perpetrado a la gente común y corriente; también cuando nos percatamos de que tanto buena parte de las afectadas como los que crean estos contenidos y los que los consumen, son menores de edad. Es decir, no es ese gordo granoso que pasa días sin bañarse observando páginas picosas -ultra estereotipo que tenemos en la mente al pensar en un depredador sexual de la red-, sino un joven común y corriente -que podría ser nuestro hijo, un hermano o un primo- el que está envuelto en esta abyección.  

Estoy convencido de que una de las cosas que en verdad Occidente ha logrado globalizar y con bastante éxito, es el machismo en todas y cada una de sus expresiones, incluidas las virtuales. Y, la paradoja del asunto es que, pese a todo lo que se ha avanzado en materia de género, el machismo se mantiene firme, incólume; es más, pareciera que apenas se replegó y regresó con más fuerza, ahora mucho más diverso, extendiendo sus redes ahora al mundo digital. Se podrá pensar que el problema es la Inteligencia Artificial, que en verdad Sara Connor no se equivocaba y que será la causa de un apocalipsis venidero. Pero la verdad es que las aplicaciones IA no son otra cosa que herramientas al servicio de quien las sepa manejar y su resultado será consumido y compartido por quien desee hacerlo. Es decir, el problema es humano, es machista y se centra en la cosificación de la mujer, no importando su edad, condición social o étnica. El reportaje de Reporte Asia que citamos afirma que “la estrepitosa evolución de la inteligencia artificial y las tecnologías de manipulación digital han dado lugar a un nuevo campo de batalla en la lucha contra los delitos sexuales. Bajo esta mirada, y teniendo en cuenta la situación crítica que enfrenta Corea del Sur en cuanto a problemáticas de género, la vigilancia constante, la educación pública y la cooperación internacional serán esenciales para enfrentar los desafíos preexistentes y futuros”. Y afirma que dependerá de la capacidad que tenga un país de “adaptarse rapidamente a los cambios teconológicos” y de la cooperación de la sociedad para denuncia y el combate de estos crímenes, el que se pueda controlar el problema. Sin embargo, considero que por más esfuerzos que hagamos por censurar, controlar, o vetar plataformas, si no trabajamos para combatir el machismo en todos los ámbitos de la vida en general, no avanzaremos nada. Es fundamental trabajar con hombres de todas las edades para construir nuevas relaciones entre los géneros, en especial con los niños y los jóvenes. Si no combatimos de raíz el machismo, que conlleva la cosificación de las mujeres, de nada servirán todas las policías cibernéticas del planeta; el problema, como en la IA, se irá regenerando; es más, de hecho, así ha sucedido y el machismo, tal como la IA, ha ido adaptándose, produciendo nuevas formas de permanecer y reproduciéndose con bastante éxito hasta nuestros días. 

  

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Visto 144 veces Modificado por última vez en Martes, 10 Septiembre 2024 11:18

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