Lunes, 16 Septiembre 2024 21:48

Sordidez

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Machomenos escribeIsrael León O’Farrill

Palabras clave: machismoviolación, juicio, Francia, ultraderecha

Hace un par de semanas despertamos con una noticia sencillamente sorprendente por la enorme sordidez que representa. En Francia iniciaba el juicio a 51 hombres que habrían violado a una mujer por varios años. De acuerdo con el portal español ARA, su esposo,Dominique Pelicot, de 71 años, es el principal acusado. Según las investigaciones policiales, elhombre suministraba regularmente grandes cantidades de medicamentos a su mujer para dormirla completamente y dejarla en manos de desconocidos, a los que había reclutado en la página web de contactos Coco.fr –ya clausurada– para que la violaran en el dormitorio que compartía con ella. Mientras se producían las agresiones sexuales, Pelicot observaba y grababa todo. La policía ha documentado casi un centenar de violaciones que se produjeron entre 2011 y 2020 por parte de 72 hombres. Algunos de ellos repitieron. El material audiovisual ha servido a la policía para identificar a más de la mitad de los violadores, una cincuentena, y poder llevarlos a juicioImagino que si es la primera ocasión que leen sobre el tema, estarán igualmente sorprendidos como yo. Si no les produce sorpresa, indignación o siquiera incomodidad, si lo único que produce es indiferencia, bueno, vale la pena que se auto examinen para determinar su grado de machismo. El caso es de una abyección con poco paralelo en el mundo de hoy, más si nos damos cuenta de que viene de Francia, el país que se asume como la cuna de la democracia, de los derechos del hombre, de la Ilustración, la Modernidad y básicamente de todo lo “civilizado” en el mundo. De hecho, en los últimos tiempos nos han demostrado todo lo contrario, con ese avance inusitado de la ultraderecha, las expresiones francamente racistas y xenofóbicas por todo el país y, ahora, esta lindura. Si se ve con detalle, en conjunto son evidencia de la construcción de un mundo más y más conservador, como veremos más adelante.

Claro, hay que decir que la cosa no se queda ahí. De hecho, reporta el mismo portal, “los 50 hombres tienen perfiles distintos, pero todos son personas con vidas ordinarias, la mayoría con familia y trabajo. Los acusados ​​tienen entre 26 y 74 años y entre ellos hay un bombero casado y con dos hijas, un militar cuya hija nació la misma semana que habría violado a Pelicot, un concejal municipal, un jardinero, trabajadores de la construcción, camioneros, un enfermero, un fontanero, un periodista, un funcionario de prisiones y varios jubilados.La mayoría de los procesados ​​carecen de antecedentes, pero entre los que sí los tienen, hay uno que ya fue condenado en los años 90 por una violación. Otro está acusado de agresiones sexuales a dos exparejas y otros tienen condenas firmes por violencia de género.Salvo estos casos, se trata de gente común y corriente. En efecto, tu vecino, el amable, el que nunca se atrasa con el mantenimiento, podría tener en su casa todo un negocio de explotación sexual; y esos visitantes que se aparecen, el vendedor de seguros, el pintor, el compañero de trabajo, el deportista, el carpintero, el abogado, todos ellos y más, sumados en este dantesco escenario. Aterrador, ¿no es así? Es decir, podría pasar por algo totalmente normal. Por supuesto, esto no es otra cosa que la cosificación de la mujer que termina siendo “algo que puede ser tomado y mancillado a voluntad. Machismo en su expresión más pura y abyecta.

Y por si todo esto no fuera suficiente, la defensa de varios de esos individuos que se declaran inocentesargumenta que ellos “supusieron” que participaban en algo consensuado y que la mujer drogada a la que le hacían lo que querían, simplemente se fingía dormir. ¿En serio? Vaya argumento más absurdo y descarado. Con independencia de que algunos de ellos han aceptado haber participado en grupos de intercambio de parejas, una situación como esta tuvo que haberles parecido sumamente extraña. En realidad, pareciera que ni siquiera se lo cuestionaron. El juicio ha sido abierto para todo el público a petición de la víctima GíselePelicot pues, como lo ha dicho en varias ocasiones, quiere que todo el mundo sepa lo que le hicieron estos nefastos y exhibirlos. Desafortunadamente, como suele pasar, la identidad de estos engendros puede ser protegida, tal como ha sido y sus rostros son ocultados deliberadamente. Sí, incluso alimañas como estas tienen derechos. Al igual que con el caso de los chats condeepfakes del que hablé la semana pasada, lo que subyace, es el machismo más detestable que sigue existiendo y se diversifica. Las aplicaciones de charla, así comoaquellas de citas, están ahí para que se les dé el uso perverso que se desee, especialmente porque el respaldo social y cultural está ahí, es decir, el patriarcado, de factura occidental, sigue tendiendo sus redes profundo en el tejido social. Lo que vemos a través de este caso, es la imposibilidad de todo el sistema, - incluyendo instituciones, educación, política, familia- de modificar de forma profunda y definitiva, la manera en que los seres humanos nos relacionamos. Lo cierto es que seguimos como sociedades, incluso aquellas del auto denominado “primer” mundo, revolviéndonos en nuestra propia sordidez.   

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Visto 81 veces Modificado por última vez en Martes, 17 Septiembre 2024 10:01

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